domingo, 31 de julio de 2016

Afirmaciones positivas.

Pienso que las afirmaciones positivas son la herramienta muy valiosa para el crecimiento personal. Como este blog está destinado a la motivación y autoayuda, he decidido dedicar un post a las afirmaciones positivas. Dado que hay mucha literatura e información en la red, veo más conveniente hablar del tema desde una perspectiva de experiencia personal. Desde hace muchos años que llevo utilizando este método y debo decir que SÍ, funciona. Desde luego hay un gran PERO y es que es una práctica que frecuentemente se abandona. A mí me ha pasado. Pero a pesar de prescindir y desatender esta maravillosa costumbre, ésta revela sus frutos. Personalmente, he decidido no apartar más de mi vida las afirmaciones positivas y hacerlas parte importante de mis hábitos, porque es el hábito más positivo que se pueda cultivar. A pesar de ser tan útil para nuestro crecimiento personal, como he dicho antes, se abandona. ¿Por qué sucede? Los resultados de las afirmaciones positivas nunca son inmediatos. Además, estos resultados no son palpables o tangibles. Y ese es el motivo por el que nos olvidamos de seguir adiestrándonos en esa tarea. Pero si lo practicas durante, al menos una temporada larga, llegará momento en el que sentirás los cambios tan positivos que han transmitido las afirmaciones sobre tu persona. Es difícil darse cuenta de estos cambios porque son sutiles y tenues al principio. Nada cambia de la noche a la mañana y cualquier cambio debe ser gradual y paulatino. Sobre todo cuando se trata de nuestras creencias. De hecho, hay que tener muy presente que las afirmaciones no van a cambiar el mundo, ni a las personas, ni las circunstancias. Donde actúan las afirmaciones es en tu interior, en tus convicciones y en tu modo de percibir el mundo. Esto es crucial, EL MODO DE PERCIBIR EL MUNDO o determinadas circunstancias, y por lo tanto, el modo de actuar ante estas circunstancias. Es cierto que dos personas diferentes no actúan igual ante una misma situación, porque cada una de ellas tiene su propia percepción de los hechos. Entonces el mundo y lo que nos ocurre es subjetivo. Y se puede decir, que nosotras mismas somos las que creamos nuestra realidad. No quiere decir que somos como diosas que rigen la creación del acto de la vida. Sino que significa que gobernamos sobre nuestra percepción de lo que está sucediendo. Somos dueñas de nuestro mundo interior, de donde nace todo lo demás, incluida nuestra visión de las circunstancias externas. Por eso es tan importante la buena práctica de las afirmaciones positivas, porque ayuda ver las cosas como queremos verlas y como queremos vernos a nosotras mismas.

¿Cómo crear y utilizar correctamente las afirmaciones positivas?

Una de las formalidades que tienen las afirmaciones positivas es que tienen que ser CREÍBLES. Aunque la misión de ellas sea cambiar algún pensamiento, el cambio ha de ser escalonado y no se puede saltar de un escalón bajo a la cúspide inmediatamente. Para entenderlo, pongo un ejemplo. Estás pasando por un bache económico. No utilices la afirmación “Soy rica” porque no te lo crees. Esta afirmación no surtirá efecto. Sin embargo, si te dices “Estoy en el camino hacia la prosperidad” o “Mi situación económica está mejorando día tras día”, esto ya es otra cosa. Sientes como anima, pero no engaña. No intentes mentirte a ti misma aunque sea para alentar. Ya sabes que la mentira no es una buena base para construir algo positivo. Algo también muy importante, desde mi punto de vista, es que a parte de creíbles, las afirmaciones deben ser muy, muy REPETITIVAS. Hay que repetirlas muchas veces y durante mucho tiempo. No suena muy estimulante. Pero es la única manera de sacar a las afirmaciones positivas un mayor provecho. Las afirmaciones positivas son autosugestión, ni más ni menos. Por ello, para creértelas has de repetirlas una millonada de veces. Cuando eras pequeña cuantas veces te han repetido que dos por dos son cuatro, una millonada de veces. Hasta que te lo creíste y empezaste a repetirlo una y otra vez tú misma. Hoy si alguien te dice que dos por dos son cinco será muy, pero que muy complicado, que tú te lo creas. Porque para ti el hecho de que dos por dos son cuatro es inconmovible. Lo mismo con tus otras creencias. Algunas de ellas están tan fuertemente arraigadas en ti que para cambiarlas tienes que repetir la creencia deseada una inmensa cantidad de veces para sustituir la creencia instaurada.   
El siguiente requisito para que las afirmaciones sean efectivas es que han de ser siempre en el tiempo presente. Esto es fácil. No utilices el tiempo futuro porque allí es donde quedará todo, en el futuro. Y tú actúas y vives AQUÍ y AHORA. Así que siempre hay que utilizar las afirmaciones en tiempo presente como “Esto está sucediendo ahora”, “Yo soy”, etc. También las afirmaciones deben ser en primera persona. Nada de tú, él o ella. Solo YO. Porque no estás cambiando nada de lo que está fuera de ti misma, ni ejerces ninguna acción sobre ello.
Debo decir, que las afirmaciones en sí no obran magia. La magia la creas tú. No pienses que el uso de las afirmaciones positivas te protegerá frente a las desgracias. La vida pasa, y la vida tiene aspectos desagradables. Ni las afirmaciones positivas, ni el mismísimo Jesucristo podrán evitar que en tu vida nunca pase nada malo.  Pero sí que puedes conseguir un escudo protector gracias a las afirmaciones positivas. Este escudo protector es tu FUERZA INTERIOR que crece sin cesar si tú la cultivas. El resultado de las afirmaciones positivas puede llegar a ser algo realmente mágico y es hacer de ti la persona que quieres ser y evocar en ti las cualidades personales que a ti te gustaría poseer. Si de utilizar las afirmaciones positivas, tú creas un hábito, serás una superviviente en las catástrofes de la vida y una gran triunfadora en las épocas de tempestad.      
Aquí propongo unas cuantas afirmaciones para cada aspecto de la vida que creo que nos importa a todas. Las puedes guardar en tu ordenador o móvil y así tenerlas siempre a mano:












sábado, 30 de julio de 2016

Quiero adelgazar.

Quiero adelgazar – meta que la gran mayoría de las mujeres nos planteamos y quizá más de una vez en nuestra vida. Y una vez más la decisión de adelgazar parece firme e inconmovible. Pero esta vez antes que nada te invito a una serie de reflexiones. Y de una vez, hazlo bien. No repitas la misma rutina de siempre dieta – dieta – dieta, ejercicio – ejercicio – ejercicio,  adelgazar – adelgazar – adelgazar, extenuarse  - caer en la derrota – rendirse – engordar de nuevo. ¿Cómo comenzabas siempre el proceso de adelgazar? Tu primer paso siempre era la dieta. Esta vez comienza de otro modo. El primer paso para adelgazar no es la dieta. El primer paso para adelgazar es ACEPTARSE uno mismo tal y como es. Sí, así es. Pero no quiero decir aceptarse y allí termina todo el proceso. No. Lo que quiero decir es que hay que aceptarse uno mismo, pero no detener allí su crecimiento personal y mejoras físicas o de cualquier otra índole. Siempre podemos perfeccionarnos, pero partiendo de una aceptación de uno mismo sólida. De esta manera, no pretenderás a un cambio brusco y radical. Cuando uno no se acepta tal y como es, desea cambiar su imagen u otro aspecto de sí mismo, de la noche a la mañana, porque no soporta ser quien es. Ansia despertarse siendo otra persona. Pero nunca podrá conseguirlo. Porque uno es tal y como es y no puede reemplazar su imagen por otra sin más. Aunque consigas cambios drásticos y sustanciales de forma rápida, poco probable que estos cambios se mantengan en el tiempo. No te engañes a ti misma. Tú eres como eres y volverás a ser como eras tan rápido como conseguiste los cambios. Porque estos cambios se han instaurado de forma, digamos, engañosa. Como la cenicienta en el cuento a las 12 de la noche dejó de ser princesa, tú dejarás de ser esta persona en la que te convertiste porque como la cenicienta utilizaste la magia. Dejemos de magia y volvamos al mundo terrenal. Los cambios duraderos solo son posibles si se consiguen cambiando los hábitos, no a ti misma. Tú seguirás siendo la misma persona. Por ello es tan importante este primer paso – ACEPTARSE. De este modo, serás paciente y conseguirás mejores resultados a largo plazo.
Pienso que el cambio físico debe comenzar por un cambio desde dentro, de ciertas ideas, de algunos aspectos de tu interior. Ese será un cambio de calidad y, por lo tanto, permanente. Una vez te hayas aceptado tal y como eres debes aprender a AMARTE a ti misma tal y como eres. Cierto es que las investigaciones hace años demostraron que las personas con mejor aspecto físico logran más éxito en todos los aspectos de la vida. Sin embargo, el aspecto físico no está directamente relacionado con el éxito, sino que la CONFIANZA  en sí mismo que brinda una imagen agradable es la que facilita más las cosas. Dos personas delgadas, en las mismas circunstancias y con absolutamente la misma meta, lo conseguirá antes y lo hará mejor aquella persona que tiene más CONFIANZA en sí misma. Y fíjate, ambas son delgadas. Por lo tanto, el cuerpo esbelto no te abrirá todas las puertas. A no ser que comiences tu transformación AMÁNDOTE tal y como eres y CONFIANDO en ti misma. Es un aspecto muy importante. Si no te quieres ¿cómo pueden quererte otras personas? ¿Cómo puedes querer tú a otras personas si no te quieres ni a ti misma? Todo AMOR comienza por el AMOR por sí mismo. No hablo de amor tan feo y avaro como egocentrismo, en absoluto. Hablo de AMOR sano, lucido y grato. Un amor que es el origen y nacimiento de todos los sentimientos más puros hacia el mundo. Un amor que te permite CONFIAR en sí misma. Una persona que posee ese tipo de AMOR y CONFIANZA, es una persona abierta al mundo, capaz de comprender al prójimo y, sobre todo, dar AMOR. Resumiendo, el segundo paso es CONFIAR en sí misma y ENAMORARSE de sí misma tal y como eres. Para poder avanzar y emprender el largo proceso de evolución y mejoras, primero has de cumplir este paso. No puedes saltártelo. De otro modo, mentirás a ti misma y, por lo tanto, conseguirás un cambio de mentira, que, obviamente no perdurará en el tiempo. Lo que construyes sobre los cimientos de mentira, nunca será estable o consolidado y te aseguro que caerá por su propio peso.
Sigamos. El tercer paso también es sumamente importante. Hacer dieta y ejercicio está muy bien, pero no cuando tu único objetivo es ADELGAZAR. ¿Curioso, verdad? Y seguramente ese era tu objetivo siempre que habías estado a dieta. A primera vista parece todo muy lógico: me pongo a dieta porque mi objetivo es adelgazar. NO. Nunca ha de ser así. Adelgazar será una consecuencia natural del mero hecho de cuidar tu alimentación, pero no debe ser tu objetivo, al menos no el único. ¿Entonces, cuál es el objetivo que hemos de tomar como primordial? El objetivo fundamental debe ser TU SALUD. De ser así escogerás dietas más saludables y equilibradas, sin exagerar ni relajarse en exceso. Y lo que voy a decir es la clave, optarás por una dieta que podrás mantener de por vida. Quiere decir que cambiarás tus hábitos alimenticios, no simplemente mantendrás una dieta agónica por un breve período de tiempo. La verdadera esencia y el secreto de un cuerpo esbelto y precioso es la SALUD y unos hábitos alimenticios sanos, no una dieta absurda. No elijas estas dietas que lo único que harán es marchitarte. El mantener un cuerpo bello y con ello la salud es un estilo de vida. Es crucial. Centra tu meta en lograr una SALUD excelente y con ello y como CONSECUENCIA ADELGAZAR. Porque insisto tanto en LA SALUD. Porque es de un valor incalculable. Eres rica si tienes SALUD. No permitas que las dietas irracionales te arruinen. Una persona que no posee salud no va más allá de intentar recuperarla. Si pierdes tu salud ya no podrás pretender a un cuerpo precioso, ni a nada más en general. Toda tu vida girará en torno a cómo volver a sentirte bien. La pérdida de salud es una desgracia que te anclará y no permitirá vivir plenamente. Por ello, MEJORAR LA SALUD debe ser la finalidad de cualquier cambio nutricional.
Dicho esto, propongo una dieta saludable y equilibrada. Yo la he llamado la dieta de la felicidad. Porque es una dieta que indudablemente te hará sentir bien. Tu cuerpo te lo agradecerá y responderá dándote más alegría y bienestar.


Dieta de la felicidad. (Elaborada por técnico superior en nutrición y dietética).

Desayunos a elegir:
ü  Tostada de pan integral (60g. de pan) con aceite de oliva o tomate fresco rallado. Café con leche desnatada.
ü  Un bol de cereales integrales (50g. de cereales) con leche (un vaso de leche desnatada).
ü  5 galletas maría o 3 galletas de avena. Un vaso de leche de soja.
ü  Un plato de avena con stevia (es como sacarina) y plátano.

Posibles almuerzos:
Fruta del tiempo o yogur

Comidas a elegir:
ü  Un plato de lentejas light con mucha verdura, carne de pollo o ternera, sin chorizo y 70g. de lentejas.
ü  Ensalada de pasta: mucha verdura de hoja verde, tomate, pepino, etc., pasta 60g., también se puede añadir frutos secos o queso de cabra.
ü  Patatas asadas con pollo al horno. 3 patatas medianas, cebolla, tomate y pollo.
ü  Potaje de garbanzos. Mucha espinaca, tomate, cebolla, jamón serrano y 70g. de garbanzos.
ü  Un plato de guisado de ternera o pavo. Cebolla, tomate, carne de ternera o pavo, judía verde, pimiento rojo y verde, guisantes y una patata mediana.
ü  Verduras a la plancha con pechuga de pollo más 40g. de pan.
ü  El domingo un plato de paella.

Advertencia: cocinar siempre con poco aceite, una cucharada sopera por plato.

Postre: fruta de temporada 150g. o yogur.

Meriendas:
Tostada con jamón york o queso fresco o 5 galletas mará con café con leche. (leche siempre desnatada).

Cenas:
Siempre un plato de verduras a la plancha o ensalada, o hervido, o puré de verduras de guarnición.
De segundo pescado a la plancha, carne roja a la plancha o tortilla francesa de 3 claras y una yema.

Postre: fruta de temporada 150g. o yogur.

MUCHA SUERTE Y DISFRUTA DE TODO EL PROCESO DE TU TRANSFORMACIÓN, NO SOLO DE LOS RESULTADOS. No harás algo bien si no disfrutas haciéndolo.





viernes, 29 de julio de 2016

En búsqueda de la vocación.

Antes de proceder a la lectura retrocede mentalmente a tu infancia. Cuántas veces habrás escuchado la pregunta: ¿Qué quieres ser de mayor? ¿Recuerdas lo que contestabas? Seguramente que no. Y de hecho, ninguna de estas respuestas estaba en lo cierto. Pero lo más dramático es que ahora, cuando ya no eres esta niña inocente, esta pregunta no te la hace tu adorable abuelito o el tío. Ahora esta misma pregunta, que tantas veces te hicieron, te la estás haciendo tú misma: ¿Qué quiero ser? Además, la pregunta del millón adquiere múltiples matices: ¿A qué he venido a este mundo? ¿Qué quiero hacer en la vida? ¿Cuál es mi propósito? ¿Qué es lo que me llena? ¿Cuál es mi pasión?

Vivir amando apasionadamente lo que haces es lo más bello que le puede ocurrir a una persona. Creo que el que logra encontrar la respuesta a todas aquellas preguntas, antes mencionadas, es la persona que sabe la respuesta a la pregunta más compleja que haya existido jamás: ¿Qué es la felicidad? Creo que es una persona que posee la sabiduría milenaria. A todas nos gustaría ser esta persona y saborear, aunque sea por un instante, lo que se siente cuando tanto amas lo que haces y cuando sabes porqué has llegado a este mundo. Es verdaderamente importante para el ser humano saber que no es en vano su paso por la tierra, saber que su día a día vale la pena. En realidad, es más sencillo que todo esto. Nos importa sentirnos ÚTILES.


Hoy en día, en la situación de igualdad con los hombres, las mujeres también buscamos nuestra misión, aparte la de criar a los hijos y cuidar del hogar. ¿Pero qué significa esto para una mujer? Quizá lo mismo que para los hombres. Hoy la mujer también aspira a sentirse REALIZADA. Así que, todos deseamos lo mismo: una llamada, una voz, que no deje de sonar en el corazón. Las mujeres no solo hemos logrado equidad con los hombres en los aspectos como trabajo, tareas del hogar, educación de los niños, etc. Hoy también somos soñadoras libres que se pueden permitir volar tan alto como quieran. Esto acarrea no solo ventajas sino que también el dilema de encontrar nuestra VOCACIÓN. El no saber a dónde vas puede llegar a inquietar y acongojar en gran medida. No ver tu vocación es como ir por un camino tenebroso completamente a oscuras. Y aquí estás, caminando por este camino. Vas probando miles de cosas. Empiezas a veces con mucha ilusión y otras no tanto. Algunas de estas cosas las acabas y comprendes que no era esto lo que tanto anhelabas. En otras ocasiones ni siquiera llegas a acabarlas. Finalmente, sigues sin ver nada, pero ahora además de esto, estás rodeada de un montón de cosas que has probado y no dieron ni siquiera chispa para encender una luz. Te encuentras rodeada de este caos tremebundo. ¡No te detengas aquí! Ya has caminado mucho a ciegas. Pero sigue. Camina un poco más. El quedarte quieta, rodeada del caos y oscuridad, seguro que no prenderá esta llama de pasión en tu alma. Y es lo que estás buscando. Buscas la llama de tu VOCACIÓN. Por eso mismo, no ves, porque estás en el proceso de la búsqueda. Una vez encuentres, lo tendrás claro. Por fin, podrás ver. Y entonces, todas estas cosas que hiciste, como por el arte de magia, encontrarán su lugar. El caos se convertirá en un orden perfecto, donde todo tiene su razón de ser. Nada es en vano. Recuerda, que todas estas cosas que hiciste y que parece que no sirvieron de nada, finalmente, serán fundamentos de tu grandioso templo, TU VOCACIÓN. No se puede adivinar o predecir cuándo llegará este momento de lucidez y claridad. Lo único que está claro es que si te detienes, puede que no llegue nunca. LA ACCIÓN es tu llave maestra para abrir esa única puerta que tanto buscas en tu camino.


Pero seguramente surge la duda. Lo de la vocación es maravilloso. ¿Pero y el dinero? Todas deseamos ganar dinero y si es ganar la vida con lo que realmente nos apasiona aún mejor. Desgraciadamente, no siempre los conceptos DINERO y VOCACIÓN están ligados. Si lo que te llena de hacer algo determinado es porque piensas que te dará mucho dinero, lo que realmente estás buscando es RIQUEZA, no la vocación. Entonces, pienso que cualquier otra actividad te llenará de la misma manera o más si da más dinero. La VOCACIÓN es algo muy distinto. Es algo que tú desearías hacer aún sabiendo que nunca te aportará ni un centavo. Aunque sí hay milagros en los que la búsqueda de la vocación conduce a un triunfo económico monumental y formidable. Ejemplo de ello, podría ser Jeff Bezos, el fundador de Amazon. Bezos era trabajador en banca de inversión. Hasta que emprendió un viaje por Estados Unidos en el que ideó Amazon.com y que, como todas sabemos, fue un éxito. Otro ejemplo es Sara Blakely, una vendedora puerta a puerta de complementos de oficina. Su búsqueda de la vocación la condujo a la creación de una exitosa línea de lencería femenina, Spanx. En verdad, ejemplos de grandes éxitos vocacionales pueden haber muchos. Por ello, quizá, no hay que perder la esperanza. Pero también hay que recordar que hay personas que cambiaron brillantes carreras por otra profesión más modesta y no tan remunerada por la llamada de la voz de su VOCACIÓN. Estas historias son menos conocidas, pero tiene que haber de todo en el mundo. Y seguro que tú tienes cerca de ti aunque sea una persona que dedica su tiempo libre a hacer algo con tanta pasión que ni se asemeja a la que tiene en su trabajo. El trabajo le da dinero y su afición le llena de entusiasmo. Su pasatiempo no es una simple diversión, se puede decir que en ello encontró su VOCACIÓN. Esto ocurre porque la pasión llena mucho más que el dinero. El único problema en todo esto es que solo la pasión no basta para pagar las facturas. Pero no significa que debemos renunciar a nuestros sueños solo porque no nos aportan una buena tajada financiera. Sí es cierto, que tendremos que gastar menos tiempo en esto que tanto amamos hacer, pero NUNCA RENUNCIAR. Por todo lo dicho, la conclusión es nunca detenerse y seguir haciendo cosas. Seguir APRENDIENDO, porque nunca sabes dónde, cómo y bajo qué circunstancias descubrirás tu VOCACIÓN. Y no te apures, no te desilusiones y no caigas en la exasperación si todavía no sabes cuál es tu verdadera pasión. Simplemente SIGUE tu camino de la búsqueda, por muy oscuro que sea. Tu pasión más auténtica y genuina te encontrará a ti y alumbrará toda tu existencia. Y eso será así, porque a toda pregunta surge respuesta, a toda inquietud surge sosiego y a toda incertidumbre surge certeza. Tu búsqueda también hallará su dictamen. Sea tarde o temprano, si pides recibirás. El que busca siempre encuentra. Y si esta voz ha surgido en tu interior, no parará hasta que encuentre la calma. Lo único que puede serenar esta voz es el logro de la VOCACIÓN tan codiciada. Por ello busca, pero no te consumas. Sé PACIENTE y TENAZ, cualidades que te serán de mucha ayuda si lo que quieres es que tu vocación te encuentre y aún más si quieres que ésta te alce a la cumbre del ÉXITO.

miércoles, 27 de julio de 2016

¿Cómo tomar una Decisión con letra capital?

No todas las decisiones de nuestra vida son iguales. Las hay que no repercuten mucho en nuestro futuro. Pero también hay otras de las que depende tu porvenir y al tomarlas está mucho en juego. Sea cual sea el tipo de la decisión, casi siempre, tienen una característica común y es que son difíciles de tomar. Ojalá todas fueran obvias y simples, donde nosotras somos las reinas de la situación, tenemos las ideas claras y gobernamos sobre las circunstancias. Pero entonces no sería necesario en absoluto adentrarse en las profundas meditaciones de “¿qué hago?”. No sería necesario buscar consejo y asesoramiento de amigos y familiares. No sería necesario buscar inconscientemente a la gente con situaciones parecidas. Ni siquiera haría falta hacerse ninguna pregunta a sí misma. Pero sin embargo, tu agotada mente te encauza una y otra vez a esto mismo desde que abres los ojos por la mañana.  Cuando te suceda esto y cuando te des cuenta de que estás confusa, preocupada y titubeante, significa que estás ante una Decisión con letra capital.
Siempre hay solución. En cualquier tipo de decisiones podemos actuar de las siguientes formas:
Decidir rápido y cambiar de opinión rápido. Esta sería la forma perfecta, por ejemplo, para comprarse un vestido. Te decides rápido por un vestido y si cambias rápido de opinión, lo cambias por otro. Obviamente no es la fórmula perfecta cuando se trata de las Decisiones con letra capital.
Decidir lento y cambiar de opinión rápido. A mi parecer, es la forma más absurda de tomar cualquier tipo de decisiones, incluso cuando se trata de comprarse un vestido. Es cuando gastas una inmensa cantidad de tu valioso tiempo para decidir cuál es el vestido que finalmente te vas a llevar. Pero el desenlace de toda esta elección es un cambio radical y repentino de este vestido, que tanto te costó elegir, por otro. Esta forma de decidir se puede utilizar cuando vas de compras en la mismísima cumbre de las rebajas. Pero no para otro tipo de decisiones y menos todavía para esta decisión única y especial con letra capital. De hecho, en las decisiones vitales cuando quieres cambiar de opinión, en muchas ocasiones, ya es demasiado tarde. Las situaciones creadas, como consecuencia de estas decisiones, son irreversibles. Por eso son tan complejas y difíciles de tomar. La imposibilidad de vuelta atrás para cambiar algo o reconstruir todo tal y como estaba antes, produce MIEDO. Este es el hostil rival que se esconde en nuestro interior y no permite que podamos tomar estas decisiones con letra capital de forma libre y espontánea. Incluso, a menudo, no deja avanzar en la vida porque de la toma de esta decisión depende de si avanzas o te anclas en el mismo lugar.
Pero todavía queda otra forma de la toma de las decisiones y es decidir lento y no cambiar de opinión NUNCA. Podría también indicar la forma de decidir rápido y no cambiar de opinión nunca, pero me parece que es tan idílica que si tomáramos la decisión rápidamente sin cambiar de opinión, sería una decisión fácil en la que tenemos todo muy claro. Pero estamos hablando de las decisiones que generan grandes dudas. Por lo tanto, creo que queda tan solo una opción y es decidir lento y no cambiar de opinión NUNCA. Pensándolo bien, esa forma habla por sí sola y advierte que no debemos darnos prisa en tomar la decisión. Por ello, mi consejo es, TÓMATE TU TIEMPO. Todo el que creas necesario. Aunque hay circunstancias en las que fecha límite llega y no te puedes escapar. El tiempo coacciona y apresura. Pero de todos modos, e incluso en estos casos, tómate todo el tiempo que puedas. Valora bien las consecuencias tanto en una dirección como en otra. También muy importante, toma tu Decisión con letra capital, partiendo de la idea que la opinión no se cambia a posteriori. Tiene que ser una decisión firme. Ya que esta decisión posee un alcance importante sobre tu futuro, es tu responsabilidad escoger la opción más correcta. No se puede decir la opción válida porque en el juego de la vida nunca puede haber una sola alternativa que sea la correcta. Como no hay solo un color gris, hay muchas tonalidades del gris. Pues alternativas también puede haber varias que sean buenas, pero tú has de escoger la mejor para TI. Esto también es crucial, PARA TI. Es cierto que puede haber otras personas involucradas y estás teniendo en cuenta la influencia de tu decisión sobre los demás. Somos seres sociales y siempre contamos con las personas que nos rodean. Sin embargo, en las ocasiones de dilemas peliagudas centra tu atención en TI y en la opción más favorable para ti. Porque al fin y al cabo, eres tú la que vas a vivir con tu decisión tomada y las consecuencias serán mayor sobre tu vida, ya que la decisión es tuya y de nadie más. ¿Pero cómo lograr decidirse y ya no cambiar de opinión? ¿Cómo ser tan firme en este asunto que no hace más que desestabilizar? Pienso que será más fácil si centramos la atención en que la vida va a seguir su curso. No va a terminar. Seguirá, con este giro absoluto e inapelable, pero seguirá. La especie del ser humano ha sobrevivido y ha podido dominar las adversidades gracias a su capacidad de ADAPTACIÓN. Tú también tienes esta capacidad innata. Tienes la habilidad de adaptarse a los cambios y esta misma habilidad te protegerá frente a eso a lo que ahora tienes tanto miedo. Entonces la única forma de poder tomar una decisión, por muy grande y peligrosa que sea ésta, es DAR EL PASO. Todo lo demás irá sobre la marcha. Conozco esta sensación de impotencia e indecisión porque a lo largo de nuestra experiencia vital adquirimos más miedos a las decisiones por haber tomado algunas equivocadas en el pasado. El futuro ARREPENTIMIENTO es el sentimiento que también engendra MIEDO atroz en nuestro interior, al igual que el darte cuenta de que la decisión es irreversible. El arrepentirse de haber tomado una decisión puede ser terrible y torturar durante años. Por ello, a la hora de DAR EL PASO hay que tener previsto las consecuencias que van a surgir de ello. Por eso no tomamos la Decisión con letra capital utilizando los dados o monedas. REFLEXIONAMOS Y LLEGAMOS A UNA CONCLUSIÓN. Hay que tener claro que en el juego de la vida se pierde en algunos aspectos, pero se gana en otros. Tampoco vamos a pretender ser ganadoras infalibles. Por último y para resumir, para no quedarse con las mismas dudas, decir que DAR EL PASO es la clave para tomar la Decisión con letra capital, pero llegado este momento, ya debes haber desgastado todo el TIEMPO que podías para sopesar y valorar las posibles consecuencias. Aun así nadie te puede asegurar una victoria absoluta, y nadie te asegura que le ganarás la partida al arrepentimiento. Puede que te vuelvas a equivocar. Pero seguro que si deseas realmente ganar la batalla de la vida y llevar como obsequio la FELICIDAD, tendrás que equivocarte muchas veces antes de, por fin, lograr tu Decisión con letra capital correctamente tomada. JUEGA, VIVE, Y ACERTARÁS.          

lunes, 25 de julio de 2016

Cuando te sientes mala madre.

Estos momentos tan duros. Cuando por milésima vez rompiste la promesa a sí misma de no gritar nunca a tu pequeño, o de no quitarle ojo de encima, o cualquier otra de las promesas que nos hacemos las mamás después de un incidente que no queremos que vuelva a pasar. Pero aquí estás, llorando, porque volvió a suceder y te estás flagelando mentalmente por mala madre. Y la culpa, tu ejecutor, ya te está esperando, y tú, con la cabeza gacha, aceptas el castigo por tu propia voluntad. Con lágrimas corriendo por las mejillas, te postras ante la culpa y aquella comienza a azotar tu alma encarnizadamente. Es un sentimiento realmente desgarrador. A veces, da hasta vergüenza contarlo a alguien y desahogarse un poco. Porque te piensas que todo el mundo te llamará mala madre. Sin embargo, inténtalo, cuéntaselo a alguna mamá y seguro que dirá que esto o algo parecido ya le ha ocurrido. El compartirlo es el primer paso para disminuir tu condena, te sentirás mejor y verás que pronto saldrás de la cárcel en la que te ha encerrado tu propia culpa.
Cuando te vuelva a pasar, que seguro que te pasará más de una vez, échale agua fría a tus sentimientos ardientes y reflexiona. ¿Qué te hace sentir mala madre? ¿El que tú has hecho algo mal como madre? Me hace pensar que lo que quieres es una buena madre para tu angelito. ¿No es así? Claro, que sí. Por eso mismo, no paras de martirizarte y repetir una y otra vez: “¡Nunca más, nunca más!” Pero debes pensar que la vida de la mano de tu hijo no es corta y que no puedes evitar que nunca pase nada y todo sea de color rosa. Sí es cierto, que como madre que eres, vas a intentar proteger a tu criatura a toda costa y harás todo que esté en tus manos para crear este mundo de color rosa a su alrededor. Es obvio. Pero no debes permitir que la culpa, porque alguna vez no te salió del todo bien, te esté degollando lentamente. Volvemos a esta frase: quieres una buena madre para tu angelito. Estoy segura de que la respuesta es afirmativa. Entonces, esto me lleva a otra reflexión, y es que toda esa culpa y el desgarrador sentimiento de ser mala madre y no hacer las cosas bien, se manifiestan por una única razón – TU ENORME AMOR POR TU HIJO. Sinceramente, en mi humilde opinión, los conceptos AMOR y MALA MADRE difícilmente pueden estar unidos. Por ello, no permitas que el sentimiento de ser mala madre te crucifique. Pero tampoco intentes librarte de la culpa fácilmente. No pretendo decir que te olvides de todo y ya está. Como madre, sé que no es algo que sea fácil de borrar, anular o suprimir. Porque la culpa está allí aferrada fuertemente a tu pobre alma. Lo que sí se puede hacer es convertir esta culpa en nuestro cómplice en el propósito de MEJORAR. En lugar de reconcomerse, hazte preguntas como: “¿Qué puedo hacer para mejorar mi actitud frente a estas situaciones o cómo la próxima vez puedo evitar que pase?” Reflexiona y seguro que llegarás a una conclusión útil y a un acuerdo con tu culpa.
Las mujeres siempre tenemos mucho trabajo. También tenemos doble trabajo en nuestro crecimiento personal. No basta con solo crecer y aprender como persona. También en nuestros hombros está la pesada carga de aprender a ser BUENA MADRE. No es una tarea fácil. Y nuestra experiencia como mamás es un manual que siempre ha de permanecer abierto. Yo no veo que algún día pueda cerrar definitivamente este compendio y darlo por leído. Estaremos siempre en este proceso de crecimiento y aprendizaje. Pienso que es algo que no se puede completar, resumir y rematar. El aprendizaje de ser buena madre es una lección vital que incluso en el lecho de muerte estaremos repasando. En esta vida no hay materia que sea fácil de asimilar y aprobar, y menos todavía la maternidad. Y las únicas que nos ponen notas somos nosotras mismas, y es lógico y comprensible que seamos estrictas en nuestra valoración. Pero te aseguro, que no suspenderás, aunque habrá exámenes muy laboriosos que tu pequeño te propondrá y serán muy difíciles de aprobar. En más de una ocasión te pondrás la nota de MALA MADRE. A pesar de ello, espero que esa valoración solo sea para servirte de estímulo para aprender más y mejor.   

domingo, 24 de julio de 2016

¿Cómo olvidar el pasado?

Seguro que a todas nos es conocida la situación cuando un hecho o circunstancias del pasado no dejan de resurgir en la mente. ¿Y qué hay de malo en ello? Si, es mucho más fácil dejar la mente a pasearse por los recuerdos libremente. Sin embargo, buscamos una escapatoria. Intentamos fugarnos de estos recuerdos. Deseamos con todo el alma que el pasado se esfume de una vez. Pero sigue allí y siempre estará allí como parte inseparable de nosotras mismas. Y gritamos en las profundidades de nuestro interior: “¿Cómo olvidar el pasado?” ¿Y por qué siempre surge? ¿Por qué están allí estos recuerdos que no hacen ningún bien? Algunos duelen, otros atormentan, otros avergüenzan, otros son decisiones que hubiese gustado cambiar, otros son demasiado bellos como para haberse salido de nuestra vida. Son muy diferentes y cada una de nosotras tiene el suyo propio y personal. Pero todos estos recuerdos tienen algo en común y es esta molesta persistencia. El pasado persevera con firmeza. De este hecho la responsable es nuestra compleja y misteriosa mente. Los recuerdos más perturbadores están saturados de una altísima carga emocional. Algo que produjo pocas emociones no se recuerda. Seguro que te habrá pasado que alguien te está contando una situación que sucedió contigo hace mucho tiempo y para ti es como si fuera una película que te suena haber visto. Sin embargo, este pasado del que intentas huir es distinto. Revives en tu mente determinadas situaciones una y otra vez. Piensas en ello continuamente, y tu mente siempre te redirige a este pasado que a ti te hubiese gustado que no hubiera ocurrido o por el que tanto lloras de pena por haber terminado. Algo está claro, y es que si no se olvida es porque produjo un gran impacto sobre tu persona o sobre tu vida. Y olvidar este pasado es imposible. No se puede borrarlo del disco duro, reiniciar y listo. Los sucesos que dejaron huella en el pasado están grabados en la historia de tu vida, y las emociones vividas están esculpidas en tu corazón. La memoria es un don que nos brindó la naturaleza para la evolución grandiosa de nuestra especie. Gracias a la memoria aprendemos para nuestras futuras experiencias. Y el abanico de sentimientos que somos capaces de percibir es una carga que cada uno debe aprender a llevar lo mejor que puede. Teniendo en cuenta que somos seres inteligentes y sensibles, hay que reconocer que ni los hechos más impactantes de nuestras vidas, ni las emociones más sensacionales se van a olvidar. Por ello, la primera estrategia para afrontar, y repito AFRONTAR no olvidar el pasado, es ACEPTARLO. Y aceptar que siempre estará allí, detrás, como una sombra. Pero no por ello debemos permitir que gobierne sobre nuestro presente. El pasado, por muy doloroso o penoso de que se haya acabado que sea, es muy útil y hay que aprovechar lo que nos ofrece. Podemos beneficiarnos del valor incalculable que nos atribuye nuestro pasado y es el APRENDIZAJE. No sirve de nada deplorar, llorar o arrepentirse. Son emociones poco constructivas. Los pensamientos procedentes del remordimiento por las decisiones tomadas o aflicción no aportan NADA. Tan solo añaden más dolor y más pesadumbre por el pasado. Este dolor y la pesadumbre no son cosas que te puedan ayudar a construir un futuro radiante. ¿Estás de acuerdo? ¿No querrás construir una casa sobre los cimientos podridos, verdad? El futuro debe ser construido sobre la alegría, felicidad, fe, esperanza y también la EXPERIENCIA ADQUIRIDA EN EL PASADO. Por ello, coge todo este dolor y conviértelo en experiencia edificante y provechosa. Para ello sigue recordando, pero deja de llorar. Ten en cuenta que gracias a tu pasado hoy eres una mujer más diestra, más avispada, más diligente y más astuta. Mucho más todo que en aquel pasado. Sigues siendo la misma persona, pero con un bagaje de cualidades personales mucho más pesado. Seguro que ahora tienes más herramientas para construir tu vida. Por eso, una vez aceptado tu pasado, agradécele todas estas facultades que te dio. Agradece tu pasado por la persona en la que te convirtió. Aunque es mejor que te centres en lo positivo. Porque en muchas ocasiones el pasado suele añadir a nuestro bagaje también el rencor. Intenta aligerar tu equipaje de experiencia y cualidades adquiridas, deshaciéndote de lo negativo como el odio, enojo, rabia, coraje, etc. En muchas ocasiones este obsequio del pasado adicional es lo que amarga el presente y no deja catar ni una pizca de felicidad. Por eso es tan importante quedarse solo con lo aprendido que permita mejorar las decisiones del presente y las elecciones de las personas que nos rodeen. Es fácil entender qué te será útil y que no del pasado. Quédate pues con la experiencia y levanta los cimientos de tu SABIDURÍA. Y lo más importante SIGUE HACIA ADELANTE Y DISFRUTA DEL PRESENTE. 

sábado, 23 de julio de 2016

Educando en armonía.



La educación de nuestros pequeños es la tarea que nos viene grande a primera vista cuando nos enfrentamos cara a cara con la nueva situación - MATERNIDAD. Y de hecho, nunca es tal y como la imaginábamos cuando todavía no estábamos en esta situación de ser mamá. Pero no hay vuelta atrás y el camino a pesar de ser largo y difícil hemos de seguir por él. Detrás de nuestras espaldas y por delante hay miles de incidentes en los que nuestro amado pequeño nos saca de quicio. Es algo tan no deseado, pero tan inevitable a la vez. Son acontecimientos en los que pierdes los papeles y de pronto te saltas todas las normas morales y valores que rigen tu vida, especialmente aquellos que son los referentes en la educación de tus hijos. Supongo que esto nos suena a todas. ¿Qué se puede hacer? ¿Cómo evitar los berrinches y de las mamás y de sus criaturas? Los de las criaturas, va a ser que no se puede evitar. Pero sí hay algo que se puede hacer y es trabajar con nuestra propia actitud hacia estas situaciones y en general. Lo primero es llenarse de mucha paciencia. Es el primer paso y el más importante. La paciencia será nuestro escudo protector frente a las explosiones de nuestros peques y frente a las nuestras propias. Sobre todo es importante protegerse de nuestras propias explosiones y proteger a nuestros hijos. Porque la psíquica de un niño es todavía muy tierna y vulnerable. Aunque cuando mires a este pequeño monstruito que está montándote una escena, no te lo parezca, recuerda su vulnerabilidad. Tú eres fuerte. Tú sí que puedes y sabes afrontar los problemas y resolverlos. Demuéstrale a tu hijo cómo se hace. Muestra con tu ejemplo. Muestra esa confianza y respeto que tienes hacia los demás, hacia sí mismo, hacia tu pequeño y hacia el mundo. Entonces él aprenderá el respeto y la confianza de ti y hacia ti. El respeto y la confianza son los pilares fundamentales en las relaciones con otras personas. Nuestros hijos también son personas aunque todavía pequeñas y con esa particularidad de estar en pleno desarrollo. Ellos crecen, evolucionan y maduran a gran velocidad. ¡No perdamos el tiempo! ¡Esa época nunca más volverá! El tiempo es algo que no juega a nuestro favor. Cuando te quieras dar cuenta tu hijo ya es una persona adulta con su personalidad, carácter, naturaleza y temperamento. No permitas que se convierta en un extraño con el que no te entiendes. Crea un vínculo emocional con esa diminuta criatura que lleva tu sangre y hazlo a tiempo porque luego puede ser demasiado tarde. Y creo firmemente que este vínculo tan especial es imposible de instaurar recurriendo a golpes, nalgadas o gritos. Es complicado. Hay que hacerlo a tiempo y hacerlo bien. Pero de ello depende el futuro de nuestros hijos. Porque las mamás somos uno de los principales factores en la formación de una nueva PERSONA. Es obvio que cada niño es un mundo. Y repito, son PERSONAS y por ello tienen su carácter y su personalidad. Teniendo este hecho en cuenta creo que toda madre debe partir de allí en la educación. Educar a PERSONAS y hacerlo como lo hacemos con todas las PERSONAS - HABLANDO. Con los adultos no tenemos problemas y hablamos, y siempre o casi siempre, llegamos a un entendimiento. Mi consejo es HABLA CON TU HIJO. Habla mucho con él/ella explicándole las cosas del porqué y para qué. Son PERSONAS, pero con una peculiaridad y es que son personas pequeñas. Por ello no solo hemos de hablar con ellos, sino que guiarles en su aprendizaje. No basta con decir NO. No toques esto, no hagas esto o aquello, no hagas ruido, no, no, no y mucho no. ¿Pero por qué? El niño no sabe porqué no puede hacerlo. Dale una explicación razonable. No te limites con ese NO. Saca provecho de cualquier situación, por muy desagradable que sea, para hablar con tu pequeño. Crea una conversación interesante. Sustituye el acto molesto por una conversación y al mismo tiempo desvía la atención del pequeño de lo que está haciendo. Haz que converse contigo y que enfoque toda su atención en ti. Despierta su curiosidad. Sé creativa. Empieza a inventar una historia: “Y sabías que los niños que hacen esto o lo otro, les pasará esto o aquello.” Seguro que el diálogo con su mamá será mucho más entretenido que lo que está haciendo. 

HABLAR es una de las habilidades sociales y de comunicación. Pero hay otras. Y una de ellas es la EMPATÍA. También, en mi opinión, es la táctica de educación por excelencia. Compórtate con tu hijo como te gustaría que se comportaran contigo y no hagas a tu hijo lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Recuérdate de pequeña. ¿Te gustaba que te castigaran, que te pegaran o que te gritaran? Seguro que no. ¿A caso, aprendiste algo con al menos una nalgada? ¿Y con los gritos? ¿Aprendiste mucho? La respuesta es obvia. 

Para los niños la mamá es el hada que lo puede todo y es la figura de cariño, ternura y respeto. La mamá es el hada que crea un mundo de ARMONÍA. No cambies nunca esa imagen de hada con los gritos o nalgadas. Que tu pequeño crea en su hada hasta el final de su recorrido por la vida. Su hada que le comprende, que le protege, que le cuida y que le AMA. Haz a tu hijo el regalo más bello de todos los mundos existentes y no se lo arrebates con los gritos o castigo. Regálale el AMOR DE MAMÁ.

viernes, 22 de julio de 2016

¿Qué he hecho con mi vida hasta ahora?

Vivimos en una sociedad exigente y dinámica. La sociedad ha evolucionado a gran velocidad. Con ella hemos evolucionado las mujeres también. Hoy en día ya no basta con criar hijos y cuidar del hogar. La vida de la mujer actual está llena de muchas más facetas y de más colores. Es más divertido, pero también más complejo. Las mujeres ya no nos conformamos siendo solo mujer, esposa, madre. Expresamos libremente nuestra personalidad en todas sus tonalidades. La mujer del siglo XXI es un ser que se desarrolla como persona, como profesional y como mujer cuidadora del hogar. Es un ser socialmente activo a gran escala que cumple con una misión compleja y polifacética. Tenemos que estudiar y construir una carrera profesional brillante, tenemos que encontrar el amor y formar un matrimonio triunfal, tenemos que tener hijos y educarlos bien, tenemos que tener muchos amigos y ser alguien en este mundo tan vertiginoso. ¡Y todo esto para los 30! Una chica treintañera con un trabajo estable, con un novio con el que se compraron piso y planean tener hijos – esa es la viva imagen de una triunfadora. Pero desde luego que no todas llegamos a este punto a los 30, a veces ni a los 40, y ni siquiera los 50. Pero porqué entonces la cabeza no para de dar vueltas alrededor del mismo tema: “Todavía no tengo novio, me quedaré sola para toda la vida. O todavía no tengo trabajo y vivo en casa de mis padres.” Y surge la gran pregunta: ¿Y QUÉ HE HECHO CON MI VIDA HASTA AHORA? Si este es tu caso puede que lo que te está pasando es que los 30 están llamando a tu puerta. Y si no es este cumpleaños será el próximo. Pues junto con este cumpleaños llega la conocida crisis de los 30 años. O puede que no son los 30 sino que los 40. Yo lo llamaría la crisis de las décadas de media vida. Si no cumplimos determinadas expectativas lo que se siente es FRACASO. ¿Qué representa el fracaso? Es un intento fallido. Algo que tuvo su comienzo, su proceso de evolución y su final. Y este final no fue el esperado. En todo caso es algo que terminó. ¿Pero a caso tu vida ya ha concluido? En absoluto. Tu edad es tan solo una cifra. Las memorias de tu vida tienen muchas páginas en blanco. Y por ello has de comenzar. Comienza otra vez. Vuelve a intentar lo que no te salió. O comienza de cero un nuevo intento. Comienza a buscar tu pareja ideal, comienza a buscar el trabajo de tus sueños, comienza a buscar motivaciones, comienza a buscar ilusiones frescas que te devuelvan las ganas de vivir. Pero ahora quizá en tu cabeza surja un pensamiento fugaz como un destello: “Pero es que no quiero hacer nada.” Aun así hazlo. Haz lo que sea, aunque por ahora no te apetezca. ¿Te apetece comerte Balut? ¿Verdad que no? Porque no sabes lo que es. Es un plato exótico, huevos de pato fertilizados en fase de embrión, hervidos y servidos con cáscara. En lugares como Vietnam, Camboya y Filipinas es una de las delicias de los recetarios locales. Ellos están acostumbrados a comer esto, han creado este hábito desde la infancia. Sin embargo, tú que no lo has visto, ni lo has probado en tu vida, te parecerá ser hasta algo salvaje.  Al igual que cuando no haces nada, no te apetece hacer nada porque has creado el hábito de no hacer nada desde hace mucho tiempo. ¡Haz algo! Comienza por algo sencillo. Haz un curso de cocina online, por poner un ejemplo. De lo contrario, seguirás con este vacío existencial y un gran sentimiento de inutilidad. Las mujeres somos máquinas de ideas inspiradoras. Solo hay que ponerla en marcha. Si no haces nada, te conviertes en una máquina de ideas triste, cubierta de telarañas y la que nadie ve. Pero si empiezas algo hoy, mañana te convertirás en una máquina de ideas brillante sin la que nadie se imagina su existencia. ¡Actúa ya! Con la acción se despertará tu deseo de la acción. Con más deseo de la acción habrá más acción y con más acción aún más ganas de la acción. Es un ciclo. Ciclo que tan solo se interrumpe con la pereza y la no acción. Y tú eres la única que lo decide.

No tengas prisa en poner un punto final en las memorias de tu vida. Porque siempre puedes pasar página y escribir una nueva. Que estos 30, 40, 50 o los años que cumplas, sean tan solo un punto de inflexión para un gran y bello comienzo. Y démosle las gracias a esta maldita pregunta de ¿QUÉ HE HECHO CON MI VIDA HASTA AHORA? Porque precisamente esta pregunta es la que pone en marcha tu máquina de ideas y tu acción. 

jueves, 21 de julio de 2016

Encontrar pareja. Los mejores secretos de seducción.

Tu media naranja está allí entre la multitud. ¡No te desanimes! Cree firmemente que está allí esperándote. Ese es el primer paso – creer. Tu pareja nunca llegará si ni siquiera le esperas. Dale una oportunidad para entrar en tu vida. Tu fe le brinda esta oportunidad. ¿Es verdad que no podrás entrar por una puerta si ésta está cerrada? ¿Es verdad que no irás a una fiesta a la que no estás invitada? Pues es lo mismo. Tu pareja perfecta no aparecerá si tú no le esperas.


¡Pero la soltería es tan insoportable! Con sus noches llenas de lágrimas. Con las miradas fugitivas a las parejas felices. Con el anhelo de besos apasionados y tiernos abrazos. ¿Cómo soportar este enorme deseo de sentirse querida? ¡Paciencia! Sé paciente y aprovecha el tiempo para adquirir conocimiento y nuevas cualidades personales. Trabaja contigo misma y mejora como persona.
Y también descubre estos secretos de seducción que seguramente te ayudarán a sentirte mejor y lo más importante construir en un futuro una relación sana y duradera.

El primer secreto ni siquiera te parecerá ser un secreto y puede que no descubras nada nuevo. Cuida tu imagen. Sí, así de sencillo. Pero aquí viene lo interesante. Cuida tu imagen para gustarte a ti misma. No es para gustarle más al sexo opuesto. No es para ligar más. Es para gustarte a ti misma. Esta es la clave. Te preguntarás por qué. Muy fácil. Si estás a gusto con tu propia imagen y te gustas de verdad, también les gustarás a los demás. Es directamente proporcional. El hecho de que te gustes a ti misma te brinda algo excepcional. La seguridad y confianza. Algunos afirman que la confianza en uno mismo es un elemento crucial para el desarrollo de la persona en cualquier área de su vida, incluidas las relaciones personales, lógicamente. Puestas a realizar dos personas la misma tarea y con todos los factores iguales, lo hará mejor y más rápido aquella que tiene más confianza en sí misma. Creo que son argumentos bastante sólidos. No dudes más. ¡Cuídate, quiérete y siéntete una Diosa!

Aprende a estar sola. Parece absurdo a primera vista. Pero nada más lejos de la verdad. Si te aburres tú sola, tu compañía será aburrida. ¡Haz cosas! Ten aficiones, lee, escucha música, viaja. Lo que a ti te llene. Lo que sea, pero no estés simplemente aburrida esperando a que alguien llene tu vida de color. Porque no es responsabilidad de nadie hacer tu vida más divertida o feliz. Tú eres la única que es capaz de hacerlo. Las personas que pasarán por tu vida simplemente podrán compartirlo contigo. Si no tienes nada que ofrecer, lo más seguro es que nadie quiera quedarse a tu lado por mucho tiempo.

Sé activa socialmente. No esperes a que tu media naranja llame a tu puerta por el arte de magia. Ni siquiera los secretos descritos aquí tienen magia. Dejemos la magia aparte y seamos razonables. Si estás encerrada en casa las 24 horas del día hay pocas probabilidades de que conozcas a nadie y menos todavía a alguien especial. Sal, diviértete con tus amigas, conoce a más gente. Aunque hoy en día se facilitan bastante las cosas con las páginas de contactos. Aunque en mi opinión personal, no es una buena opción si lo que se pretende es una relación estable. Quizá sea una opinión un tanto anticuada, pero sigo creyendo que el conocerse en unas circunstancias más vivas, no delante de un ordenador, aporta algo especial a la relación. Además de que las palabras tecleadas con los dedos fríamente delante de una pantalla, pueden engañar bastante. Sin embargo, ni los ojos, ni los gestos de la persona pueden ocultar la verdad de un ojo, incluso no muy observador.

Y algo no menos importante, sé paciente y no tengas prisa. No te desesperes. No te vas a morir por pasar una noche más sola. ¡Qué pasen días! ¡Qué pasen semanas! ¡Qué pasen meses! O incluso años. ¡No importa! Tranquila. Los viejos refranes tienen mucha razón. Y el que dice que es mejor sola que mal acompañada, es pura verdad como el agua cristalina. Créeme. Si te lanzas a lo primero que tienes en tus manos, perderás aún más tiempo, y también harás perder tiempo a la otra persona. No lo hagas. No intentes construir una relación si no estás convencida. Cuando el momento y la persona llegan, lo sabes y no dudas. No malgastes tu tiempo. No comiences relaciones destinadas al fracaso, aunque tengas que esperar un poco más. No le des oportunidades a la relación si ves que no es algo que de verdad te gusta. Elige lo mejor. ¡Está en juego tu felicidad! Tu felicidad depende en gran medida de ti, pero las personas que están en tu vida influyen enormemente en ella. Y eres tú la que elige a estas personas. Así que no te equivoques en esto. ¡Espera al mejor! ¡LA ESPERA MERECE LA PENA!  

Sé tú misma. De nada te servirá convertirte una noche en princesa. La vida no es un cuento. No intentes engañar a nadie, ni te engañes tú misma. No intentes ser más graciosa, ni más inteligente, ni más atrevida o más lo que sea. ¡Sé tú misma! Sé la persona que te gusta ser, aquella persona con sus virtudes y defectos. Sé la persona que más cómoda te sientes ser – TÚ. Sin tapujos, sencillamente TÚ. Tu futura pareja sabrá apreciarlo.  


Mucha suerte en este nada fácil, pero gratificante camino de búsqueda de tu media naranja. Pero sobre todo que no se quede en una simple búsqueda sino que sea un proceso lleno de aventura, ilusión y crecimiento personal. 

Cree en ti misma.

Eres única. Ya no existe otra igual. TÚ… Tan inmensa y tan multiforme. Tus creencias, tu carácter, tu personalidad, tus ambiciones, hasta tu cuerpo es irrepetible. No hay otra persona igual que tú en ninguno de los aspectos. Todas somos bellas, todas somos únicas y no habrá ni una sola persona en este mundo que sea una copia de absolutamente ninguna de las facetas de tu grandioso ser. Es la regla natural del universo. Nos crea como seres singulares. No puedes dudar de tu valor irrefutable como persona. Porque el Universo hizo un gran trabajo trayéndote al mundo, creándote y desarrollándote tal y como eres ahora. Tú estás aquí para hacer algo, para dejar tu huella. Nadie viene a este mundo sin propósito. Todos tenemos uno. Aunque en muchas ocasiones puede parecer que todo lo que hagas es en vano, es inútil e innecesario. Sin embargo, tengo fe en que hagas lo que hagas, si lo haces de tu corazón, no puede que no sirva de nada. Puede que cada vez que hayas intentado algo y has fracasado, has pensado que no ha merecido la pena. No es así. Confía en que cada acción que hayas emprendido dejará resultados. En los momentos de grandes desánimos la sensación de que tus esfuerzos fueron desperdiciados es enorme. Pero has de saber que una acción no es un vacío, no es un agujero negro. Una acción siempre cambia algo en el transcurso de las cosas y cualquier acción ocupa un lugar en este universo. Indiscutiblemente algo se va a manifestar por ello. El resultado tangible se hará presente tarde o temprano. Cree en tu fuerza y en tu poder. Tus actos no son nunca en vano. Puede que no obtengas el resultado que habías deseado en un principio. Puede que este resultado sea distinto al que esperabas. Las cosas no siempre salen como lo habíamos previsto. Pero esto no sucede porque tus acciones no valieron de nada. Puede que estos resultados inesperados te impulsarán a otras maniobras que sí traerán los resultados óptimos. Cree en ti. No te detengas aquí. Cada acción que hagas es un paso hacia delante. No actuar es quedarse en el mismo lugar. Cree en ti y actúa. Persigue tus sueños. Aunque en realidad los verdaderos sueños nos persiguen a nosotros. Puede haber instantes de la vida en los que intentamos olvidarnos de estos sueños como de ilusiones lejanas que nunca se harán realidad. Pero estos sueños siempre vuelven. Estos sueños magnetizan y nos atraen de una forma mágica e inexplicable. No son ilusiones pasajeras que van y vienen, son auténticos Sueños que no nos abandonan. Y pueden desaparecer, pero tan solo por breves momentos de la vida en los que estos sueños duermen para volver a despertar con mayor fuerza. No te resistas a ellos, no intentes huir de tus sueños. ¡Persíguelos! A pesar de que te parezca que ya ha pasado demasiado tiempo y tu sueño sigue sin manifestarse o tú no consigues los resultados deseados, sigue, sé persistente. De todos modos, tu sueño te seguirá vayas a donde vayas y hagas lo que hagas. No tienes escapatoria. No te dejará indiferente y fría. Siempre estará encendida esta luz en ti, la luz de esperanza y de deseo ardiente de cumplir tu propósito. Por muchos intentos que hagas de abandonar, la ilusión siempre volverá a ti. Este es el misterio de los Grandes Sueños. Cree en ti cuando tienes contigo un Gran Sueño.           

Cuando la relación de pareja no es todo felicidad y dicha.


Cuando comenzamos una relación todo parece perfecto, nos sentimos ilusionados, enamorados y felices. Sin embargo, con el paso del tiempo las cosas pueden cambiar. O incluso a veces ocurre que cuando no es todo perfecto desde el principio nos lanzamos a por esta relación. Cosa para la que cada caso tendrá su explicación. Parece ridículo ¿cómo puede una persona permitir que avance la relación cuando ve que no es lo correcto? Pues pasa con más frecuencia de la que nos creemos. Quizá por el cansancio de la soledad, quizá por miedo a la edad y miedo de quedarse solo/a, quizá por faltas económicas o  por alguna otra circunstancia personal que empuja a comenzar y seguir con la relación. Sea como sea, pero hay muchísimas personas que no son felices en una relación, pero curiosamente siguen adelante con ella. Este tipo de relaciones crean momentos de autoengaño. Siempre pasan por la temporada en la que la persona más perjudicada piense que las cosas van a cambiar, justifican el comportamiento de su pareja con alguna excusa, se hacen creer que su amor es más fuerte que ninguna otra cosa y un larguísimo etcétera. Pero el tiempo pasa, y el tiempo siempre hace ver las cosas tal y como son. Finalmente, llega el momento de ver la realidad. Y la realidad es que una de las dos partes o incluso ambos ven que su relación es destructiva. ¿Pero cómo es exactamente la relación destructiva? No es precisamente relación de maltrato físico o emocional grave. Ese sería un caso extremo y de separación inmediata independientemente de ninguna circunstancia. Aquí no puede haber excusas. Ese tipo de relaciones han de ser terminadas de inmediato y sin mucho que pensar. Por una relación destructiva me refiero a una relación en la que siempre hay en el ambiente esa sensación, ese presentimiento de que algo no va bien, que no es del todo justo y una inexplicable sensación de amargura que finalmente se reconoce que es provocada por la relación. Discusiones que dejan un mal sabor de boca, palabras que duelen, actos que duelen, comportamientos de la otra persona que dejan marcas en el corazón. Hablo de los sentimientos que deja este tipo de relaciones y lo hago porque a menudo es difícil razonar y explicarse a uno mismo con detalle lo que está ocurriendo. Muchos ni siquiera encuentran la razón y la explicación, se sienten perdidos. La incredulidad de que tu relación queda lejos de la felicidad te deja ciego/a y no permite que razones de una forma lógica y astuta. Cuando se trata de la relación destructiva en muchas ocasiones solo puedes sentir. Sobre todo nos ocurre a las mujeres porque somos mucho más sentimentales que los hombres y quizá ellos encuentran una explicación lógica y razonable a la situación mucho más rápido que nosotras. Nosotras nos guiamos más por nuestras emociones y por lo que sentimos. Y el problema se complica más cuando no sabemos qué es lo que sentimos exactamente.  De todos modos el momento de darse cuenta de que es una relación destructiva llegará. Da igual el modo en el que llegues a él, razonando o sintiéndolo, ese momento llega. ¿Y ahora qué? ¿Qué hacer en esta situación? ¿Cómo abordarla? Intentar cambiar a otra persona o algunos de sus aspectos puede convertirse en una lucha en vano que lo único que hace es desgastar nuestra fuerza emocional y física. Desde luego que el primer paso siempre es el diálogo y comunicación con la otra persona, pero a menudo estas tácticas no llevan a ninguna parte. Hay personas con las que no se puede hablar. Y cualquier intento de dialogar llevará a la catástrofe inminente, la discusión. En estos casos la comunicación no es el aliado que solventará el problema aunque esa sería la solución perfecta. Pero como cabe de esperar en las relaciones destructivas la comunicación suele estar ausente o dificultada. Si las cosas aquí fuesen tan fáciles no se trataría de una relación destructiva, sino que de algún problema aislado en la pareja que se soluciona hablando. Este no es el caso. ¿Cuál es el siguiente paso si ya sabes que hablando con tu pareja no mejorarán las cosas, ni tampoco tienes una varita mágica que cambie de la noche a la mañana a otra persona? Otra opción sería dar por terminada la relación. Parece sencillo a primera vista, pero si nadie o casi nadie lo hace por algo será. Para algunos puede ser la costumbre, el miedo de cambiar algo en su vida, miedo a comenzar de cero, miedo a la soledad, los hijos y también hoy en día la economía. Muchas parejas no se separan por el simple hecho de que están atados uno al otro económicamente. Otra vez de nuevo nos vemos en un túnel sin salida. ¿Qué hacer cuando la solución de dar por terminada la relación no es viable o no puede ser? La respuesta es simple y es aguantar. Pero aquí viene lo interesante. No es simplemente aguantar el mal estar y sumar cada vez más heridas y sentimientos negativos. Debemos de aprender a aprender de las relaciones destructivas y de las personas difíciles. Estas circunstancias y estas personas son los mejores maestros en nuestras vidas. Debemos de aprender a aprovechar el tiempo. Este tiempo que tengamos que permanecer en esta relación destructiva lo debemos de invertir para que juegue a nuestro favor. Para empezar nunca es malo aprovechar el tiempo para mejorar como persona. No hay que centrarse en la negatividad que te transmite otra persona, hay que centrarse en tus propias virtudes, centrarse en desarrollar estas virtudes. Las personas difíciles nos pueden ayudar en esta tarea. Podemos desarrollar tener más paciencia, tener más tacto, desarrollar más inteligencia emocional, saber cómo actuar en una determinada situación difícil cuando la comunicación se complica y cualquier otra característica personal que en un futuro nos servirá en la comunicación con otras personas. Pero sobre todo y, en mi opinión, lo más importante que podemos aprender de estas relaciones es manejar nuestros propios sentimientos de una forma más eficaz. El saber manejar tus propias emociones y darles un rumbo hacia la positividad es una tarea que no todos sabemos hacer. Y justamente las personas difíciles y las relaciones más espantosas son nuestros mejores maestros para aprender estas lecciones. Una persona que sabe manejar, interpretar, controlar y dirigir sus sentimientos es una persona sabia. Es una persona fuerte, es una persona invencible porque si puede dominar sus sentimientos es que puede lograr cualquier cosa. Aprender a ser feliz independientemente de ninguna circunstancia externa es un arte. Es el mayor logro que puedes hacer en la vida. Conseguir que esta felicidad nazca en tu interior, que salga de ti y que te guíe, te da el poder de conseguirlo todo. La felicidad es como una llave maestra que abre cualquier puerta. La felicidad es tu aliado en cualquier comienzo. La felicidad engendrada en ti es la clave del éxito. Imagínate todo lo bueno que puedes sacar aparentemente de una situación nefasta e insufrible. Hay que saber ver la oportunidad en las adversidades. Así que la relación difícil no debe ser tu agonía sino maestra a la que quizá estés agradecido/a toda la vida por hacer de ti la persona que puedas llegar a ser. Y quién sabe, quizá, durante este tiempo y en el transcurso de tu transformación suceda el milagro, y la relación se cure junto con tu curación.             


Voy a ser mamá. ¿Y si no me sale bien?

LA MATERNIDAD. Todas las mujeres vivirán esta experiencia de un modo único y excepcional. Vives tu vida y de repente te enfrentas con esta situación absolutamente nueva y es un terreno en el que es imposible tener conocimientos suficientes o experiencia suficiente, sobre todo cuando te enfrentas con ello por primera vez. ¿Y ahora qué? Aquí quiero compartir mi propia experiencia vivida hasta ahora. Viví mi embarazo en plena ignorancia. La incredulidad me hacía vivir como si no hubiera pasado nada y no hubiera ningún cambio ante mí. Sin embargo llegando al noveno mes del embarazo, cuando la barriga es más que visible, cuando quedan días contados para que un nuevo ser llegue a este mundo gracias a ti, llegado a este punto ésta realidad ya se hace imposible de ignorar y es un hecho al que te has de enfrentar. Y aquí es cuando surgen dudas e incluso miedos.  Creo que por mucha determinación que tuvieras en esta toma de decisión de ser mamá, es imposible que no surjan las inseguridades. Al menos a mí me ha pasado. Y si en el mundo hay aunque sea una mujer con alguno de los pensamientos parecidos a los míos, quiero poder ayudarla. Y por muy poca o insignificante que pueda ser mi ayuda estoy satisfecha de poder ofrecerla.  También me gustaría que las mamás que me oigan o mejor dicho me lean, aporten sus conocimientos, sus consejos y nos den a las mamitas jóvenes y primerizas la sensación de que no estamos solas.
Una de las cosas que me atormentaba es tener que quedarse en casa y dedicar mi tiempo a la casa y al bebé. Después de un tiempo en el que yo era trabajadora, mujer activa y con una ocupación me convertiría en una simple ama de casa. Cuando encontré mi trabajo pensé que ya no se podía caer más bajo, porque el puesto que yo ocupaba era tan solo de una limpiadora. Pero el hecho de ser ama de casa me parecía una opción más primitiva todavía y sentía que ahora sí que tocaba fondo. La idea me aterrorizaba. Sin embargo, esto sucedió y ahora ya no lo veo tan mal. Lo importante para mí es que sé que no me voy a plantar frente a la tele, viendo telenovelas, llevando un delantal y reduciendo mi intelecto a cero. A esto sí que digo un rotundo NO. Creo que el hecho de quedarse en casa también nos puede aportar grandes ventajas. La principal es el tiempo. El tiempo es valioso. Es un tesoro que hay que saber invertir y no desperdiciarlo. Podemos aprovechar este tiempo para desarrollarnos intelectualmente y emocionalmente. Hay que invertir el tiempo en aprender cosas nuevas, en ampliar conocimientos en las áreas que nos apasionan, hacer cosas que nos hacen sentir bien y nunca, NUNCA detenerse. En casa no solo se pueden hacer las tareas del hogar. Hoy en día con la tecnología e internet puedes estar en el lugar que tú desees desde tu propia casa. Otra tarea y la más importante va a ser la de ocuparse de tu bebé. Al principio también lo consideré como algo tan primario y tosco que no me inspiraba demasiado la idea. Me parecía que a esto se dedican todos los animales del mundo y que yo me rebajaba a este nivel. “Criar un bebé – cosa de primates.” Algo que a primera vista no tiene que ser tan complicado. Si cualquier animal del planeta lo hace, yo también lo haré. Y reducir mis actividades básicamente a eso me parecía que haría de mí una persona inferior,  una persona sin ambiciones y mermada hasta el nivel puramente animal y biológico. Hoy ya no estoy de acuerdo con ello. Hoy lo veo más claro y más transparente. Cada persona que llega a este mundo es única y excepcional.  Yo voy a ser MAMÁ, una persona que más aporta al desarrollo de este nuevo ser. De mí depende en gran medida la construcción de una nueva personalidad, un nuevo individuo con su carácter, sus habilidades, sus virtudes y sus capacidades. Quizá es un nuevo genio, un nuevo Einstein, un futuro Mozart o futura Claudia Schiffer. Y yo voy a ser su mamá y me encargaré de ayudarle a desarrollarse en todo su potencial.
 Muchas mujeres quizá dirán que estoy loca porque se me ha pasado por la cabeza la idea de que pueda ser algo primitivo el cuidar de un bebé. Ellas tienen esta chispa e ilusión innata de ser mamás. Los nombres de sus bebés hacen que vibren sus corazones, cuando se enteran del sexo del bebé lloran de emoción. Todas o casi todas las mujeres están en  el pico más alto de su emoción cuando van a ser mamás. Preparan ansiosas su habitación, su ropita, sus sonajeros, sus biberones, sus pañales y un largo etcétera. Sin embargo, esto no era lo que me sucedía a mí. Yo no tenía la ilusión de preparar nada. Mi instinto maternal estaba dormido o profundamente enterrado. Esta fue otra de mis inquietudes. ¿Seré yo un bicho raro e insensible? ¿Es que no siento nada por mi hija? Entonces comencé a culparme por ello. Me preguntaba cuándo se me despertará a mí este instinto y si llegará a despertarse alguna vez. Entonces aquí es donde tuve una ayuda de una persona que llegó con su consejo como una dama madrina llega con su varita mágica. Por supuesto, que ella también es mujer, por supuesto que ella también es mamá. Fue mi hermana. Y nunca más saldrá de mi cabeza lo que ella me dijo: “No te presiones, ten paciencia, llegará por sí solo cuando ha de llegar. Y nunca te sientas culpable ante tu hija porque tú le das lo más grande y valioso, tú le vas a dar la vida, una oportunidad de pasar por este mundo. Esto ya es grande. Tú eres su madre.” Hice caso a este sabio consejo y esperé. Tal y como ella predijo, llegó. Hice las preparaciones necesarias para la llegada de mi hija, presté más atención a mi casa, se despertó este instinto del nido, la necesidad de crear un hogar agradable y seguro. Y no solo eso. Simplemente hoy sé que quiero mucho a mi hija, estoy preparada para protegerla, cuidarla y educarla. Puede que no seré una madre perfecta. Pero sé que si ha habido la inquietud en mi corazón es porque no soy un bicho raro insensible sino porque amo a mi hija y me preocupo por su futuro y su bienestar. No puede salir mal ser mamá incluso cuando tu cabeza está llena de dudas y temores. Estas dudas son la señal de que te importa. Creo que es mala señal cuando en el corazón de la madre reina la INDIFERENCIA.   


Reflexión para las mujeres: ¿La soledad, un abismo o la cumbre de la montaña?

La soledad. La temible por todos nosotros soledad. Las mujeres somos seres altamente emocionales. Por tanto, a menudo, las mujeres nos ahogamos en la soledad porque no conseguimos encontrar una vía de escape a nuestras emociones. Las emociones se convierten en nuestras enemigas que nos desbordan y destruyen. Muchas de las mujeres le tienen miedo a la soledad evitándola a toda costa.

Se cree que los hombres le tienen miedo al compromiso. Sin embargo, algunos también le tienen miedo a la soledad. En mi humilde opinión, a la soledad le tienen miedo todos tanto hombres como mujeres. Pero los hombres saben afrontar las consecuencias que ésta trae consigo. Ellos saben manejar mejor sus emociones y no dejan que les consuman.
En realidad la soledad no es nuestra enemiga. Una mujer sabia no debe evitarla sino que incluso a veces buscarla. La soledad no es un abismo, ni un agujero negro y no detiene el tiempo, al contrario, lo da. Y aquí una de las más importantes aportaciones de la soledad. La soledad nos brinda el tiempo. El tiempo que podemos aprovechar para hacer cosas grandes. El tiempo es la fortuna más grande que puede tener una persona. Una persona que dispone de tiempo es una persona rica. Solo que hay que aprender a manejar este bien de gran valor. Mucha gente no sabe cómo manejarlo y lo desperdicia. El tiempo es tan valioso como el dinero, porque el tiempo hace dinero. El tiempo se invierte en unas acciones u otras. Cuando el tiempo está bien invertido y organizado es como el dinero, nos aporta riqueza. La soledad nos brinda este valioso bien. ¿Por qué derrumbarse ante la soledad en lugar de sacarle el máximo partido?
Por otra parte, me repetiré, la soledad no es una enemiga. La soledad es una maestra. De hecho, la mejor maestra que haya podido existir. La soledad enseña en silencio. Los maestros que dan charlas extenuantes pocas veces logran que sus alumnos se queden con al menos la mitad de lo que haya dicho. ¿Sin embargo, qué ocurre con los maestros que dan lecciones prácticas en silencio, lecciones el sentido de las cuales el alumno ha de descubrir por sí mismo? Estos maestros logran una mayor aportación a la experiencia y conocimiento del alumno. Este tipo de lecciones son con las que nos quedamos para el resto de nuestras vidas. Pues la soledad es una de estos maestros. Nos puede enseñar mucho sobre nosotras mismas, nuestro mundo interior, nuestra espiritualidad. Nos puede mostrar nuestras propias fortalezas de la existencia de las cuales ni lo sabíamos, nos enseña más sobre la vida y relaciones humanas. En verdad, puede enseñar cualquier cosa que deseamos. Solo que debemos de darle un determinado enfoque, aprovechando el tiempo que nos da. Debemos de invertir este tiempo en descubrir cosas que nos apasionan, cosas que despiertan un interés, cosas que nos llaman. La soledad obsequia de un gran valor, el tiempo, que no debemos de desperdiciar, permitiendo que las emociones nos hundan, sino que hacer el provecho de nuestras capacidades mentales. En vez de sufrir, piensa. ¡PIENSA! Esta es la clave. Y no te sientes de brazos cruzados, permitiendo que las introspecciones poco constructivas te consuman. Ocupa tu mente con ideas brillantes y conocimiento. ¡Y, por supuesto, actúa! Haz cosas grandes. ¡Fuera los miedos irracionales! La soledad no mata, no es una asesina despiadada. Recuerda, es tu maestra. Aprende a organizar tu tiempo, tus ideas y tus acciones. No desperdicies este regalo.
De hecho, no estoy hablando de un aislamiento enfermizo sino que de una soledad sana sin lágrimas, pero ocasionalmente con nostalgia. ¿Qué te está dando tu soledad ahora? ¿Sufrimiento o paz? ¿A dónde te lleva tu soledad? ¿Te precipita al abismo o te alza a la cumbre de la montaña?