viernes, 29 de julio de 2016

En búsqueda de la vocación.

Antes de proceder a la lectura retrocede mentalmente a tu infancia. Cuántas veces habrás escuchado la pregunta: ¿Qué quieres ser de mayor? ¿Recuerdas lo que contestabas? Seguramente que no. Y de hecho, ninguna de estas respuestas estaba en lo cierto. Pero lo más dramático es que ahora, cuando ya no eres esta niña inocente, esta pregunta no te la hace tu adorable abuelito o el tío. Ahora esta misma pregunta, que tantas veces te hicieron, te la estás haciendo tú misma: ¿Qué quiero ser? Además, la pregunta del millón adquiere múltiples matices: ¿A qué he venido a este mundo? ¿Qué quiero hacer en la vida? ¿Cuál es mi propósito? ¿Qué es lo que me llena? ¿Cuál es mi pasión?

Vivir amando apasionadamente lo que haces es lo más bello que le puede ocurrir a una persona. Creo que el que logra encontrar la respuesta a todas aquellas preguntas, antes mencionadas, es la persona que sabe la respuesta a la pregunta más compleja que haya existido jamás: ¿Qué es la felicidad? Creo que es una persona que posee la sabiduría milenaria. A todas nos gustaría ser esta persona y saborear, aunque sea por un instante, lo que se siente cuando tanto amas lo que haces y cuando sabes porqué has llegado a este mundo. Es verdaderamente importante para el ser humano saber que no es en vano su paso por la tierra, saber que su día a día vale la pena. En realidad, es más sencillo que todo esto. Nos importa sentirnos ÚTILES.


Hoy en día, en la situación de igualdad con los hombres, las mujeres también buscamos nuestra misión, aparte la de criar a los hijos y cuidar del hogar. ¿Pero qué significa esto para una mujer? Quizá lo mismo que para los hombres. Hoy la mujer también aspira a sentirse REALIZADA. Así que, todos deseamos lo mismo: una llamada, una voz, que no deje de sonar en el corazón. Las mujeres no solo hemos logrado equidad con los hombres en los aspectos como trabajo, tareas del hogar, educación de los niños, etc. Hoy también somos soñadoras libres que se pueden permitir volar tan alto como quieran. Esto acarrea no solo ventajas sino que también el dilema de encontrar nuestra VOCACIÓN. El no saber a dónde vas puede llegar a inquietar y acongojar en gran medida. No ver tu vocación es como ir por un camino tenebroso completamente a oscuras. Y aquí estás, caminando por este camino. Vas probando miles de cosas. Empiezas a veces con mucha ilusión y otras no tanto. Algunas de estas cosas las acabas y comprendes que no era esto lo que tanto anhelabas. En otras ocasiones ni siquiera llegas a acabarlas. Finalmente, sigues sin ver nada, pero ahora además de esto, estás rodeada de un montón de cosas que has probado y no dieron ni siquiera chispa para encender una luz. Te encuentras rodeada de este caos tremebundo. ¡No te detengas aquí! Ya has caminado mucho a ciegas. Pero sigue. Camina un poco más. El quedarte quieta, rodeada del caos y oscuridad, seguro que no prenderá esta llama de pasión en tu alma. Y es lo que estás buscando. Buscas la llama de tu VOCACIÓN. Por eso mismo, no ves, porque estás en el proceso de la búsqueda. Una vez encuentres, lo tendrás claro. Por fin, podrás ver. Y entonces, todas estas cosas que hiciste, como por el arte de magia, encontrarán su lugar. El caos se convertirá en un orden perfecto, donde todo tiene su razón de ser. Nada es en vano. Recuerda, que todas estas cosas que hiciste y que parece que no sirvieron de nada, finalmente, serán fundamentos de tu grandioso templo, TU VOCACIÓN. No se puede adivinar o predecir cuándo llegará este momento de lucidez y claridad. Lo único que está claro es que si te detienes, puede que no llegue nunca. LA ACCIÓN es tu llave maestra para abrir esa única puerta que tanto buscas en tu camino.


Pero seguramente surge la duda. Lo de la vocación es maravilloso. ¿Pero y el dinero? Todas deseamos ganar dinero y si es ganar la vida con lo que realmente nos apasiona aún mejor. Desgraciadamente, no siempre los conceptos DINERO y VOCACIÓN están ligados. Si lo que te llena de hacer algo determinado es porque piensas que te dará mucho dinero, lo que realmente estás buscando es RIQUEZA, no la vocación. Entonces, pienso que cualquier otra actividad te llenará de la misma manera o más si da más dinero. La VOCACIÓN es algo muy distinto. Es algo que tú desearías hacer aún sabiendo que nunca te aportará ni un centavo. Aunque sí hay milagros en los que la búsqueda de la vocación conduce a un triunfo económico monumental y formidable. Ejemplo de ello, podría ser Jeff Bezos, el fundador de Amazon. Bezos era trabajador en banca de inversión. Hasta que emprendió un viaje por Estados Unidos en el que ideó Amazon.com y que, como todas sabemos, fue un éxito. Otro ejemplo es Sara Blakely, una vendedora puerta a puerta de complementos de oficina. Su búsqueda de la vocación la condujo a la creación de una exitosa línea de lencería femenina, Spanx. En verdad, ejemplos de grandes éxitos vocacionales pueden haber muchos. Por ello, quizá, no hay que perder la esperanza. Pero también hay que recordar que hay personas que cambiaron brillantes carreras por otra profesión más modesta y no tan remunerada por la llamada de la voz de su VOCACIÓN. Estas historias son menos conocidas, pero tiene que haber de todo en el mundo. Y seguro que tú tienes cerca de ti aunque sea una persona que dedica su tiempo libre a hacer algo con tanta pasión que ni se asemeja a la que tiene en su trabajo. El trabajo le da dinero y su afición le llena de entusiasmo. Su pasatiempo no es una simple diversión, se puede decir que en ello encontró su VOCACIÓN. Esto ocurre porque la pasión llena mucho más que el dinero. El único problema en todo esto es que solo la pasión no basta para pagar las facturas. Pero no significa que debemos renunciar a nuestros sueños solo porque no nos aportan una buena tajada financiera. Sí es cierto, que tendremos que gastar menos tiempo en esto que tanto amamos hacer, pero NUNCA RENUNCIAR. Por todo lo dicho, la conclusión es nunca detenerse y seguir haciendo cosas. Seguir APRENDIENDO, porque nunca sabes dónde, cómo y bajo qué circunstancias descubrirás tu VOCACIÓN. Y no te apures, no te desilusiones y no caigas en la exasperación si todavía no sabes cuál es tu verdadera pasión. Simplemente SIGUE tu camino de la búsqueda, por muy oscuro que sea. Tu pasión más auténtica y genuina te encontrará a ti y alumbrará toda tu existencia. Y eso será así, porque a toda pregunta surge respuesta, a toda inquietud surge sosiego y a toda incertidumbre surge certeza. Tu búsqueda también hallará su dictamen. Sea tarde o temprano, si pides recibirás. El que busca siempre encuentra. Y si esta voz ha surgido en tu interior, no parará hasta que encuentre la calma. Lo único que puede serenar esta voz es el logro de la VOCACIÓN tan codiciada. Por ello busca, pero no te consumas. Sé PACIENTE y TENAZ, cualidades que te serán de mucha ayuda si lo que quieres es que tu vocación te encuentre y aún más si quieres que ésta te alce a la cumbre del ÉXITO.

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