domingo, 31 de julio de 2016

Afirmaciones positivas.

Pienso que las afirmaciones positivas son la herramienta muy valiosa para el crecimiento personal. Como este blog está destinado a la motivación y autoayuda, he decidido dedicar un post a las afirmaciones positivas. Dado que hay mucha literatura e información en la red, veo más conveniente hablar del tema desde una perspectiva de experiencia personal. Desde hace muchos años que llevo utilizando este método y debo decir que SÍ, funciona. Desde luego hay un gran PERO y es que es una práctica que frecuentemente se abandona. A mí me ha pasado. Pero a pesar de prescindir y desatender esta maravillosa costumbre, ésta revela sus frutos. Personalmente, he decidido no apartar más de mi vida las afirmaciones positivas y hacerlas parte importante de mis hábitos, porque es el hábito más positivo que se pueda cultivar. A pesar de ser tan útil para nuestro crecimiento personal, como he dicho antes, se abandona. ¿Por qué sucede? Los resultados de las afirmaciones positivas nunca son inmediatos. Además, estos resultados no son palpables o tangibles. Y ese es el motivo por el que nos olvidamos de seguir adiestrándonos en esa tarea. Pero si lo practicas durante, al menos una temporada larga, llegará momento en el que sentirás los cambios tan positivos que han transmitido las afirmaciones sobre tu persona. Es difícil darse cuenta de estos cambios porque son sutiles y tenues al principio. Nada cambia de la noche a la mañana y cualquier cambio debe ser gradual y paulatino. Sobre todo cuando se trata de nuestras creencias. De hecho, hay que tener muy presente que las afirmaciones no van a cambiar el mundo, ni a las personas, ni las circunstancias. Donde actúan las afirmaciones es en tu interior, en tus convicciones y en tu modo de percibir el mundo. Esto es crucial, EL MODO DE PERCIBIR EL MUNDO o determinadas circunstancias, y por lo tanto, el modo de actuar ante estas circunstancias. Es cierto que dos personas diferentes no actúan igual ante una misma situación, porque cada una de ellas tiene su propia percepción de los hechos. Entonces el mundo y lo que nos ocurre es subjetivo. Y se puede decir, que nosotras mismas somos las que creamos nuestra realidad. No quiere decir que somos como diosas que rigen la creación del acto de la vida. Sino que significa que gobernamos sobre nuestra percepción de lo que está sucediendo. Somos dueñas de nuestro mundo interior, de donde nace todo lo demás, incluida nuestra visión de las circunstancias externas. Por eso es tan importante la buena práctica de las afirmaciones positivas, porque ayuda ver las cosas como queremos verlas y como queremos vernos a nosotras mismas.

¿Cómo crear y utilizar correctamente las afirmaciones positivas?

Una de las formalidades que tienen las afirmaciones positivas es que tienen que ser CREÍBLES. Aunque la misión de ellas sea cambiar algún pensamiento, el cambio ha de ser escalonado y no se puede saltar de un escalón bajo a la cúspide inmediatamente. Para entenderlo, pongo un ejemplo. Estás pasando por un bache económico. No utilices la afirmación “Soy rica” porque no te lo crees. Esta afirmación no surtirá efecto. Sin embargo, si te dices “Estoy en el camino hacia la prosperidad” o “Mi situación económica está mejorando día tras día”, esto ya es otra cosa. Sientes como anima, pero no engaña. No intentes mentirte a ti misma aunque sea para alentar. Ya sabes que la mentira no es una buena base para construir algo positivo. Algo también muy importante, desde mi punto de vista, es que a parte de creíbles, las afirmaciones deben ser muy, muy REPETITIVAS. Hay que repetirlas muchas veces y durante mucho tiempo. No suena muy estimulante. Pero es la única manera de sacar a las afirmaciones positivas un mayor provecho. Las afirmaciones positivas son autosugestión, ni más ni menos. Por ello, para creértelas has de repetirlas una millonada de veces. Cuando eras pequeña cuantas veces te han repetido que dos por dos son cuatro, una millonada de veces. Hasta que te lo creíste y empezaste a repetirlo una y otra vez tú misma. Hoy si alguien te dice que dos por dos son cinco será muy, pero que muy complicado, que tú te lo creas. Porque para ti el hecho de que dos por dos son cuatro es inconmovible. Lo mismo con tus otras creencias. Algunas de ellas están tan fuertemente arraigadas en ti que para cambiarlas tienes que repetir la creencia deseada una inmensa cantidad de veces para sustituir la creencia instaurada.   
El siguiente requisito para que las afirmaciones sean efectivas es que han de ser siempre en el tiempo presente. Esto es fácil. No utilices el tiempo futuro porque allí es donde quedará todo, en el futuro. Y tú actúas y vives AQUÍ y AHORA. Así que siempre hay que utilizar las afirmaciones en tiempo presente como “Esto está sucediendo ahora”, “Yo soy”, etc. También las afirmaciones deben ser en primera persona. Nada de tú, él o ella. Solo YO. Porque no estás cambiando nada de lo que está fuera de ti misma, ni ejerces ninguna acción sobre ello.
Debo decir, que las afirmaciones en sí no obran magia. La magia la creas tú. No pienses que el uso de las afirmaciones positivas te protegerá frente a las desgracias. La vida pasa, y la vida tiene aspectos desagradables. Ni las afirmaciones positivas, ni el mismísimo Jesucristo podrán evitar que en tu vida nunca pase nada malo.  Pero sí que puedes conseguir un escudo protector gracias a las afirmaciones positivas. Este escudo protector es tu FUERZA INTERIOR que crece sin cesar si tú la cultivas. El resultado de las afirmaciones positivas puede llegar a ser algo realmente mágico y es hacer de ti la persona que quieres ser y evocar en ti las cualidades personales que a ti te gustaría poseer. Si de utilizar las afirmaciones positivas, tú creas un hábito, serás una superviviente en las catástrofes de la vida y una gran triunfadora en las épocas de tempestad.      
Aquí propongo unas cuantas afirmaciones para cada aspecto de la vida que creo que nos importa a todas. Las puedes guardar en tu ordenador o móvil y así tenerlas siempre a mano:












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