jueves, 15 de diciembre de 2016

La tristeza.

No te matará. Te aprieta fuertemente la garganta, pero no te asfixiará. Te marea intensamente como una fuerte embriaguez pero no te intoxicará. Te comprime y machaca el pecho sin piedad, pero no te aplastará. Castiga tu cuerpo con látigos dejando los brazos sin fuerza, pero no perderás la consciencia. Se adueña de tus pensamientos y no saldrá de allí. Al menos, quieres saber cuánto durará. Quizá días, quizá semanas, quizá meses, quizá años, quizá una eternidad. Y ya está aquí su compañero el temor. El temor por quedarte así anclada al dolor para siempre. Todos tenemos nuestro castigo en esta vida. A todos nos llega la hora de pagar por los errores. Y esa es la forma de pagarlos, con dolor, con sangre en el alma, con mucha agua, un desmesurado mar de lágrimas. No intentes cambiarlo sonriendo. Mírate al espejo, deja de fingir y reconoce que estás hundida. Poco probable que haya arreglo. Ya está aquí tu audaz ejecutor. Siempre llega cuando sabes que tu vida está rota, tú estás rota, todo está roto. Por mucho que intentes recuperar los trocitos de ti y de tu vida, no sale nada. Está todo despedazado. No intentes gritar, no espantarás tu castigo. No intentes correr y escapar, está ya muy dentro de ti, como un parásito. No te quites sus ataduras, te atará de nuevo, más y más fuerte. Te pega en la cara su cruda y cruel mano. No apartes el rostro. Recíbelo con orgullo. No huyas de tu cruel destino de ser castigada. Recibe el castigo de tu ejecutora, LA TRISTEZA. Ella ahora es la única que permanece a tu lado continuamente. ¿No crees que aún está siendo buena contigo? Mírale a la cara, no seas cobarde. No pidas compasión, no vale de nada. Y aunque puedes pensar que alguno de sus golpes finalmente será el último, te equivocas. Ella sabe muy bien como apalear causando el mayor daño, pero conservando la vida y tu consciencia. Para que lo sientas todo con tus entrañas. Ella hará que sientas cada golpe, cada puñalada en todo lo profundo de tu alma. Ella no te perdonará, te pegará una y otra vez. Pero no te das cuenta de que estás atada a ella. No esperes nunca su perdón hasta que no te perdones tú misma. Que masoquista eres. Suéltala ya, que se vaya. Pero, no. Parece que estáis hechas la una para la otra. Estáis atando fuertes nudos una a la otra. Parece que hasta os empezasteis a querer. Pero ella sigue pegándote fuerte. Pero no esperes morir. Quizá esto sea lo más parecido al infierno. ¿Vamos, cuánto tiempo mantendrás dentro de ti a tu maltratadora? ¿Decides ella o tú?     

martes, 29 de noviembre de 2016

Cajita de sorpresas.

Cada uno de nosotros posee una cajita, la cajita de sorpresas. Pero las sorpresas que aparecen de allí a veces son agradables y a veces no tanto, a veces son horribles y terroríficas, a veces dulces y románticas,  pero, en fin, cada uno tiene lo suyo. Es más, la cajita diabólica permanece siempre abierta y las sorpresas salen de ella sin parar. Y por mucho que intentemos cerrarla diciendo “ya basta por ahora, necesito descansar”, pero la maldita cajita no tiene límite, no tiene fin y sigue la fiesta. Pero también hay momentos en los que estamos mirando la cajita con ilusión de un niño que celebra su fiesta de cumpleaños, pero la cajita parece haber perdido toda su magia. Y por mucho que la mires esperando esa sorpresa agradable que lo cambiaría todo, no sale nada. La cuestión es que parece que no eres tú el que maneja tu propia cajita de sorpresas. Es cierto, no somos nadie ante ella. Sin embargo, ella sí conoce la orden y la verdad, y sabe con qué sorprendernos y en qué momento.

Las personas tenemos una tendencia de ver la realidad a través de nuestros propios prismáticos. Nunca nadie se ha atrevido quitarlos por un momento y ver el mundo tal y como es. ¿Y cómo es? Es absolutamente abstracto. Donde no hay verdad absoluta, donde no hay ofendidos o culpables, donde no hay buenos o malos, donde no hay nada y hay todo, donde no hay poco o mucho, donde no hay verdad, ni mentira, porque todo es relativo. ¿Qué ocurre cuando por fin descubres la esencia del universo? Desaparece todo y queda la paz. Desaparecen las preocupaciones, incluso las más perturbadoras para el alma. Desparecen el sufrimiento y la felicidad, queda solo la paz. Es allí cuando descubres cuan insustanciales e intrascendentes, e incluso absurdas, son la gran mayoría de las pesadumbres que corroen nuestra alma. Cuando descubres esta paz que está en un nivel mucho más elevado que ninguna de las emociones o sentimientos que nos son propias a las personas. El universo tiene la orden perfecta de las cosas. Dicho así, parece que tan solo somos marionetas manejadas por algo mucho más grande. En absoluto, el universo es grande y es bondadoso. Cabemos todos en él,  todos somos parte de su gran ser, como lo son nuestra parte nuestro corazón, nuestro cerebro, nuestra piel, cada una de nuestras células. Se ha descubierto que el cuerpo humano posee 37 billones de células en su organismo. No pensamos en cada una de nuestras células o en la salud y bienestar de cada célula. Pero sí lo hacemos para el conjunto de nuestro cuerpo. Lo hacemos cuando decidimos comer más sano, lo hacemos cuando decidimos dejar de fumar, cuando decidimos no tomar esa copa de vino, cuando decidimos hacer un poco de ejercicio. Pensamos en el bien para todo nuestro cuerpo en su conjunto, pero de allí que cada nuestra célula  se encuentra mejor. Y aunque a veces no lo hacemos del todo bien, sabemos cuál es la orden perfecta para cada diminuta célula que nos pertenece. El universo es igual de inteligente. No puede prestar toda su atención a cada uno de nosotros, pero sabe cuál es la orden perfecta para cada diminuto ser que le pertenece. Cuando logramos entender este funcionamiento, comprendemos un poco la cajita de sorpresas que nos regala el universo al nacer. Incluso podemos dejar de entrar en esa especie de trance y estupor ante su juego inesperado. Simplemente comprendes que así es como debe ser, comprendes que lo que tú veías de color blanco, no es blanco y si lo miras un poco más detenidamente, verás que cambia de color dependiendo de la persona que lo mire. ¿Entonces, cómo debemos actuar? Esas son las razones suficientes para bajar los brazos y no hacer nada, dado que el universo es grandioso y se ocupa de todo, y al fin y al cabo, la dichosa cajita de sorpresas seguirá dándote bandazos con su juego divertido. Francamente, creo que lo único que debemos hacer es hacerlo lo mejor que podamos, partiendo de las intenciones más benévolas, más limpias, honestas y partiendo de esa inocencia innata, pura como las gotas del rocío. El cuerpo humano es tan sabio que sin prestarle atención a cada célula sabe cuáles son benignas y descubre muy pronto las malignas y lucha contra ellas, devolviendo así la orden perfecta al conjunto del organismo. El universo continuamente dedica sus fuerzas a la sanación parecida a la del cuerpo humano. El universo quiere estar sano. Su salud radica en la salud de cada su célula, que somos nosotros. Por ello es por lo que simplemente no debemos dejar que nuestra alma enferme con cáncer de ira, odio, rabia, maldad, angustia. Busquemos la paz y la salud espiritual. Solo así lograremos gobernar sobre lo que nos ofrece nuestra cajita de sorpresas que se llama VIDA.      

martes, 2 de agosto de 2016

¿Eres una mujer asertiva?


A lo largo de muchos años las mujeres hemos ocupado un lugar en la sociedad. Este lugar era esencialmente ser una buena esposa y madre. Las mujeres nos ceñíamos a unas normas. El objetivo de nuestras vidas era COMPLACER. Complacer al marido principalmente y a la familia. Afortunadamente, hoy las cosas han cambiado. Sin embargo, e incluso hoy en día, recibimos un tipo de educación en el que se nos enseña que no es bueno contradecir a los mayores. Nos educamos en la idea de que debemos satisfacer y priorizar a los demás. Nos educan con la concepción de que no es bueno anteponer nuestros deseos o necesidades por encima de las de otros. Hoy por hoy no recibimos esta educación por el mero hecho de ser mujer, es una educación adoptada por la sociedad y los hombres también son educados frecuentemente de este mismo modo. Pero las mujeres somos más susceptibles a caer en la costumbre de respetar los intereses de los demás por encima de los nuestros propios. Tenemos esta tendencia porque nuestra naturaleza es tan delicada y maleable. Por ello mismo, hemos sido sometidas durante siglos. Por suerte, en estos tiempos tenemos derecho y podemos ser libres de expresar nuestros propios deseos, opinión personal y necesidades. Podemos trabajar en nuestro crecimiento personal y adquirir habilidades como la ASERTIVIDAD. ¿Qué es la asertividad? Es una cualidad personal de respetarse a sí misma sin perder el respeto a los demás. Es una habilidad de comunicación que permite expresar libremente tus necesidades sin comprometer las necesidades de otras personas. Se podría decir también que es la diplomacia y destreza de negociación. ¿Por qué es importante desarrollar esta cualidad? Dado que hoy poseemos el derecho de ser libres y no tener que sacrificarnos continuamente por alguien ¿por qué no disfrutarlo plenamente? Una de las ventajas de la asertividad, desde mi punto de vista, es la mejora considerable de las relaciones interpersonales con tus amigos, tu pareja, tus padres y tus hijos. ¿No te gustaría de una vez por todas ser franca y decir lo que realmente sientes sin miedo a herir a nadie? Es justo lo que hace la asertividad. Es un modo de comunicación que ocupa una posición intermedia. En un extremo estaría la pasividad, y el extremo opuesto es la agresividad. Entonces, la asertividad es como encontrar el epicentro de la eficacia de la comunicación. Creo que suena brillante. Es una forma de trato con las personas que tiene todo ventajas, de hecho, tanto para nosotras mismas como para otra parte, para nuestro interlocutor. Logrando desarrollar esta maravillosa habilidad podemos sin desacreditar a nadie:

1. Expresar libremente la opinión personal

2. Declarar que algo no nos gusta 

3. Manifestar las emociones negativas

4. Pedir algo a alguien

5. Preguntar por qué

6. Resolver conflictos

7. Establecer conversaciones de forma cómoda

8. Hacer que las relaciones sean sanas y fructíferas

Ahora que ha quedado claro el beneficio de esta habilidad social, surge la pregunta ¿Cómo ser más asertiva? Lo primero y lo más importante, en mi humilde opinión, es reconocer y aceptar que eres MERECEDORA del respeto. Que tú respetas a los demás y MERECES SER RESPETADA. Es muy importante comprender que al reclamar tus derechos no estás haciendo nada malo. TE LO MERECES, al igual que los demás. Segundo, aceptar que las personas no tienen porque saber cómo te sientes en cada momento. Has de aprender expresar tus sentimientos. Nadie tiene la responsabilidad de comprenderte al instante y sin ni una palabra. No todos poseen la empatía y no todos son admirablemente sensibles. De hecho, la gran mayoría no lo son. Ni tampoco tienen la capacidad innata de adivinar tus sentimientos. Por ello, has de aprender a EXTERIORIZAR LO QUE SIENTES. Tercer punto es ser concreta y no divagar. Di claramente lo que quieres decir. No intentes evadir y huir de tu propia responsabilidad de defender tus derechos. Recuerda que NADIE VA A DEFENDER TUS DERECHOS. Es de tu incumbencia. Son TUS intereses, defiéndelos sin indecisión. Cuanto más clara y concisa seas en definir tu postura, mejor te comprenderá tu oyente. Y por último, y también de gran importancia es PERDER EL MIEDO. Tú no tienes ninguna culpa de lo que piensas o sientes. ¿Por qué tienes que tener miedo de decirlo? Incluso si la otra parte no comparte tu opinión, aún así, eres libre de manifestarla. Siempre se puede llegar a un entendimiento, negociando, pero nunca, renunciando a tus derechos. 

Concluyendo, creo que la asertividad es una de las cualidades que debemos cultivar en nosotras mismas. No solo porque simplificará nuestra existencia sino que también porque nos hará sentirnos mejor con nosotras mismas. ¿Y a caso esto nos es suficiente? Lo importante es no estancarse como persona y día tras día subir un peldaño más en esta escalera tan alta de superación personal. A continuación, pongo un enlace de un TEST DE ASERTIVIDAD, por si quieres saber en qué punto de ser asertiva te encuentras ahora y de dónde vas a partir. 

lunes, 1 de agosto de 2016

Para mamás multitarea.


Todas las mamás somos muy dinámicas y realizamos nuestras tareas con mucha energía. Hasta, a menudo, nos convertimos en un pulpo o la Diosa Kali que tiene muchos brazos. Y es cuando comienza la fiesta. Los movimientos de mamá se asemejan a los de un hámster en la rueda. Y la mente corre con la misma velocidad que el cuerpo. Entonces es cuando la mamá recurre a ser una mamá multitarea o multitasking. Todas sabemos de sobra lo que significa, hacer varias cosas a la vez. Muchos estudios a lo largo de los años demostraron esta capacidad de las mujeres y también se evidenció que se les da mucho mejor a las mujeres que a los hombres. Sin embargo, los estudios más recientes señalan que no es tal y como suena. Resulta que hacer varias cosas a la vez es ni más ni menos que saltarnos de una tarea a otra. Ningún ser humano y ni siquiera una mujer, por muy diosa Kali que sea, es capaz de hacer varias cosas simultáneamente. El proceso no es sincrónico o paralelo, sino que partido y fraccionado. Cada tarea se interrumpe continuamente para seguir con otra, y la otra tarea, a su vez, se va a ver interrumpida de nuevo para volver a la anterior. Como cabe de esperar, ninguna de las tareas que la mamá multitarea trata de realizar va a tener éxito. Aunque a primera vista, quizá, te parezca que es la única forma de llegar a hacerlo todo en tan solo contados 24 horas. Al realizar mis indagaciones en la red sobre el tema al respecto, he llegado a la conclusión de que el hecho de ser multitarea implica una serie de desventajas. ¿Y qué pasa con las ventajas? No puedo ofrecerte el resumen de las mismas porque no las hay. Al menos, yo no encontré ninguna. Entonces surge la pregunta: “¿pero no soy más rápida siendo multitarea?” Nada más lejos de la verdad. En el intento de realizar varias tareas a la vez se producen INTERRUPCIONES en cada instante. Este hecho nos RALENTIZA. No consigues la velocidad del rayo, por el contrario, dedicas más tiempo a ambas tareas haciéndolas a la vez que si las hicieras por separado. Voy a proseguir resumiendo todos los hallazgos que hice de la información que revisé. Además de ralentizar, el hacer varias cosas a la vez, DISMINUYE LA CALIDAD de los resultados que obtenemos de cada tarea. El ejemplo más banal de ello es cuando haces algo más a parte de cocinar. El resultado de que se queme la comida es más que esperado. Mencionaré también dos cosas que me parecieron sumamente importantes. Una de ellas es que nos ROBA LA PAZ y nos adentra en un estado de ESTRÉS. A todas nos es conocida la sensación de sofoco y apuro que nos produce ir de un lado a otro y tener miles de cosas entre manos. Y sin embargo, seguimos con este hábito poco fructífero y, de hecho, nada saludable. Y la segunda es que AFECTA A LA CALIDAD DE VIDA. Ambos elementos están relacionados: el estrés y nuestra calidad de vida. El estrés es uno de los componentes que influyen directamente sobre nuestro estado emocional y físico y, obviamente, esta influencia es negativa. Parece algo tan insignificante, el hacer varias cosas a la vez, pero repercute en gran medida a cómo nos sentimos en general. 

Algunas fuentes afirman que multitarea, incluso, disminuye el coeficiente intelectual. Y también merma esta misma capacidad de realizar varias cosas a la vez. Cuando generamos un hábito de hacer algo, cada vez los resultados son mejores. Pero curiosamente la práctica habitual de multitarea es al contrario. 

Solo queda añadir algunas reflexiones personales que he observado en mi propia experiencia de ser mamá multitarea. El hacer varias cosas a la vez, me ha hecho pensar que una del montón de las tareas que realiza la mamá es cuidar de sus hijos. Y teniendo en cuenta, todo lo dicho, esta tarea también se ve comprometida. Es triste. Nuestros hijos son personitas que más estimamos en esta vida. Creo que no debemos permitir que algo tan incauto como ser multitarea crea un resultado, incluso, nefasto. ¿Qué pasa si a la hora de estar con nuestros peques solo estamos a la mitad? ¿Qué pasa si interrumpimos esta tan delicada e importante tarea con otras labores? Que, creo, que les estaremos robando tiempo a nuestros propios hijos, este valioso tiempo que podemos regalarles desinteresadamente e incondicionalmente. No quiero decir que sea posible abandonar todo lo demás. Simplemente organizarse de tal manera que cada cometido tenga su momento. 

Por otro lado, en mi punto de vista, algo impactante es que dejamos de disfrutar de lo que hacemos. Cuando hacemos una tarea disfrutando, conseguimos la excelencia en su ejecución. Sin embargo, siendo multitarea nunca lograremos tal resultado. Como mamá, innegablemente, sales a pasear con tu peque. Pero seguramente que tu imparable mente sigue dándole vueltas a tus quehaceres. Seguro que no te fijas en el color del cielo, en lo bellos que son los árboles en este fondo azul del cielo. Seguro que no coges un trago de aire, sintiendo como se expande tu pulmón. Seguro que no te das ni cuenta lo fruncido que está tu entrecejo, lo hundido que está tu pecho y lo cargada que está tu espalda. Detén por un instante tu frenesí. Disfruta del momento y concédele este tiempo a tu pequeño. 

¿Y la noche? Ni siquiera este es el momento de desconectar. Tú eres multitarea, y con ello tu mente se convierte en multipensamiento. Tardas mucho tiempo en conciliar el sueño porque tu corazón late todavía como después de una carrera de fondo. Y, en verdad, lo único que necesitas es darle al botón de pausa del vertiginoso baile de tu planificación del mañana. 

Sin darnos cuenta, las mujeres, sobre todo cuando somos mamás, nos convertimos en robots insensibles que solo ejecutan ciertas acciones. Perdemos el valor de los momentos de la vida. Y la vida consiste en instantes. El desenfrenado ritmo conduce tan solo al agotamiento y pérdida de la capacidad de disfrutar de los momentos, que si te fijas son muy bellos. Siendo multitarea eres capaz de percibir tan solo la superficie de cada quehacer. Evidentemente, no te da tiempo ni asomarse a la profundidad de la tarea en cuestión. Centrando tu atención en lo que haces puede abrirte un nuevo mundo. Al menos, lograrás mejores resultados y te sentirás mejor, eso seguro. 



domingo, 31 de julio de 2016

Afirmaciones positivas.

Pienso que las afirmaciones positivas son la herramienta muy valiosa para el crecimiento personal. Como este blog está destinado a la motivación y autoayuda, he decidido dedicar un post a las afirmaciones positivas. Dado que hay mucha literatura e información en la red, veo más conveniente hablar del tema desde una perspectiva de experiencia personal. Desde hace muchos años que llevo utilizando este método y debo decir que SÍ, funciona. Desde luego hay un gran PERO y es que es una práctica que frecuentemente se abandona. A mí me ha pasado. Pero a pesar de prescindir y desatender esta maravillosa costumbre, ésta revela sus frutos. Personalmente, he decidido no apartar más de mi vida las afirmaciones positivas y hacerlas parte importante de mis hábitos, porque es el hábito más positivo que se pueda cultivar. A pesar de ser tan útil para nuestro crecimiento personal, como he dicho antes, se abandona. ¿Por qué sucede? Los resultados de las afirmaciones positivas nunca son inmediatos. Además, estos resultados no son palpables o tangibles. Y ese es el motivo por el que nos olvidamos de seguir adiestrándonos en esa tarea. Pero si lo practicas durante, al menos una temporada larga, llegará momento en el que sentirás los cambios tan positivos que han transmitido las afirmaciones sobre tu persona. Es difícil darse cuenta de estos cambios porque son sutiles y tenues al principio. Nada cambia de la noche a la mañana y cualquier cambio debe ser gradual y paulatino. Sobre todo cuando se trata de nuestras creencias. De hecho, hay que tener muy presente que las afirmaciones no van a cambiar el mundo, ni a las personas, ni las circunstancias. Donde actúan las afirmaciones es en tu interior, en tus convicciones y en tu modo de percibir el mundo. Esto es crucial, EL MODO DE PERCIBIR EL MUNDO o determinadas circunstancias, y por lo tanto, el modo de actuar ante estas circunstancias. Es cierto que dos personas diferentes no actúan igual ante una misma situación, porque cada una de ellas tiene su propia percepción de los hechos. Entonces el mundo y lo que nos ocurre es subjetivo. Y se puede decir, que nosotras mismas somos las que creamos nuestra realidad. No quiere decir que somos como diosas que rigen la creación del acto de la vida. Sino que significa que gobernamos sobre nuestra percepción de lo que está sucediendo. Somos dueñas de nuestro mundo interior, de donde nace todo lo demás, incluida nuestra visión de las circunstancias externas. Por eso es tan importante la buena práctica de las afirmaciones positivas, porque ayuda ver las cosas como queremos verlas y como queremos vernos a nosotras mismas.

¿Cómo crear y utilizar correctamente las afirmaciones positivas?

Una de las formalidades que tienen las afirmaciones positivas es que tienen que ser CREÍBLES. Aunque la misión de ellas sea cambiar algún pensamiento, el cambio ha de ser escalonado y no se puede saltar de un escalón bajo a la cúspide inmediatamente. Para entenderlo, pongo un ejemplo. Estás pasando por un bache económico. No utilices la afirmación “Soy rica” porque no te lo crees. Esta afirmación no surtirá efecto. Sin embargo, si te dices “Estoy en el camino hacia la prosperidad” o “Mi situación económica está mejorando día tras día”, esto ya es otra cosa. Sientes como anima, pero no engaña. No intentes mentirte a ti misma aunque sea para alentar. Ya sabes que la mentira no es una buena base para construir algo positivo. Algo también muy importante, desde mi punto de vista, es que a parte de creíbles, las afirmaciones deben ser muy, muy REPETITIVAS. Hay que repetirlas muchas veces y durante mucho tiempo. No suena muy estimulante. Pero es la única manera de sacar a las afirmaciones positivas un mayor provecho. Las afirmaciones positivas son autosugestión, ni más ni menos. Por ello, para creértelas has de repetirlas una millonada de veces. Cuando eras pequeña cuantas veces te han repetido que dos por dos son cuatro, una millonada de veces. Hasta que te lo creíste y empezaste a repetirlo una y otra vez tú misma. Hoy si alguien te dice que dos por dos son cinco será muy, pero que muy complicado, que tú te lo creas. Porque para ti el hecho de que dos por dos son cuatro es inconmovible. Lo mismo con tus otras creencias. Algunas de ellas están tan fuertemente arraigadas en ti que para cambiarlas tienes que repetir la creencia deseada una inmensa cantidad de veces para sustituir la creencia instaurada.   
El siguiente requisito para que las afirmaciones sean efectivas es que han de ser siempre en el tiempo presente. Esto es fácil. No utilices el tiempo futuro porque allí es donde quedará todo, en el futuro. Y tú actúas y vives AQUÍ y AHORA. Así que siempre hay que utilizar las afirmaciones en tiempo presente como “Esto está sucediendo ahora”, “Yo soy”, etc. También las afirmaciones deben ser en primera persona. Nada de tú, él o ella. Solo YO. Porque no estás cambiando nada de lo que está fuera de ti misma, ni ejerces ninguna acción sobre ello.
Debo decir, que las afirmaciones en sí no obran magia. La magia la creas tú. No pienses que el uso de las afirmaciones positivas te protegerá frente a las desgracias. La vida pasa, y la vida tiene aspectos desagradables. Ni las afirmaciones positivas, ni el mismísimo Jesucristo podrán evitar que en tu vida nunca pase nada malo.  Pero sí que puedes conseguir un escudo protector gracias a las afirmaciones positivas. Este escudo protector es tu FUERZA INTERIOR que crece sin cesar si tú la cultivas. El resultado de las afirmaciones positivas puede llegar a ser algo realmente mágico y es hacer de ti la persona que quieres ser y evocar en ti las cualidades personales que a ti te gustaría poseer. Si de utilizar las afirmaciones positivas, tú creas un hábito, serás una superviviente en las catástrofes de la vida y una gran triunfadora en las épocas de tempestad.      
Aquí propongo unas cuantas afirmaciones para cada aspecto de la vida que creo que nos importa a todas. Las puedes guardar en tu ordenador o móvil y así tenerlas siempre a mano:












sábado, 30 de julio de 2016

Quiero adelgazar.

Quiero adelgazar – meta que la gran mayoría de las mujeres nos planteamos y quizá más de una vez en nuestra vida. Y una vez más la decisión de adelgazar parece firme e inconmovible. Pero esta vez antes que nada te invito a una serie de reflexiones. Y de una vez, hazlo bien. No repitas la misma rutina de siempre dieta – dieta – dieta, ejercicio – ejercicio – ejercicio,  adelgazar – adelgazar – adelgazar, extenuarse  - caer en la derrota – rendirse – engordar de nuevo. ¿Cómo comenzabas siempre el proceso de adelgazar? Tu primer paso siempre era la dieta. Esta vez comienza de otro modo. El primer paso para adelgazar no es la dieta. El primer paso para adelgazar es ACEPTARSE uno mismo tal y como es. Sí, así es. Pero no quiero decir aceptarse y allí termina todo el proceso. No. Lo que quiero decir es que hay que aceptarse uno mismo, pero no detener allí su crecimiento personal y mejoras físicas o de cualquier otra índole. Siempre podemos perfeccionarnos, pero partiendo de una aceptación de uno mismo sólida. De esta manera, no pretenderás a un cambio brusco y radical. Cuando uno no se acepta tal y como es, desea cambiar su imagen u otro aspecto de sí mismo, de la noche a la mañana, porque no soporta ser quien es. Ansia despertarse siendo otra persona. Pero nunca podrá conseguirlo. Porque uno es tal y como es y no puede reemplazar su imagen por otra sin más. Aunque consigas cambios drásticos y sustanciales de forma rápida, poco probable que estos cambios se mantengan en el tiempo. No te engañes a ti misma. Tú eres como eres y volverás a ser como eras tan rápido como conseguiste los cambios. Porque estos cambios se han instaurado de forma, digamos, engañosa. Como la cenicienta en el cuento a las 12 de la noche dejó de ser princesa, tú dejarás de ser esta persona en la que te convertiste porque como la cenicienta utilizaste la magia. Dejemos de magia y volvamos al mundo terrenal. Los cambios duraderos solo son posibles si se consiguen cambiando los hábitos, no a ti misma. Tú seguirás siendo la misma persona. Por ello es tan importante este primer paso – ACEPTARSE. De este modo, serás paciente y conseguirás mejores resultados a largo plazo.
Pienso que el cambio físico debe comenzar por un cambio desde dentro, de ciertas ideas, de algunos aspectos de tu interior. Ese será un cambio de calidad y, por lo tanto, permanente. Una vez te hayas aceptado tal y como eres debes aprender a AMARTE a ti misma tal y como eres. Cierto es que las investigaciones hace años demostraron que las personas con mejor aspecto físico logran más éxito en todos los aspectos de la vida. Sin embargo, el aspecto físico no está directamente relacionado con el éxito, sino que la CONFIANZA  en sí mismo que brinda una imagen agradable es la que facilita más las cosas. Dos personas delgadas, en las mismas circunstancias y con absolutamente la misma meta, lo conseguirá antes y lo hará mejor aquella persona que tiene más CONFIANZA en sí misma. Y fíjate, ambas son delgadas. Por lo tanto, el cuerpo esbelto no te abrirá todas las puertas. A no ser que comiences tu transformación AMÁNDOTE tal y como eres y CONFIANDO en ti misma. Es un aspecto muy importante. Si no te quieres ¿cómo pueden quererte otras personas? ¿Cómo puedes querer tú a otras personas si no te quieres ni a ti misma? Todo AMOR comienza por el AMOR por sí mismo. No hablo de amor tan feo y avaro como egocentrismo, en absoluto. Hablo de AMOR sano, lucido y grato. Un amor que es el origen y nacimiento de todos los sentimientos más puros hacia el mundo. Un amor que te permite CONFIAR en sí misma. Una persona que posee ese tipo de AMOR y CONFIANZA, es una persona abierta al mundo, capaz de comprender al prójimo y, sobre todo, dar AMOR. Resumiendo, el segundo paso es CONFIAR en sí misma y ENAMORARSE de sí misma tal y como eres. Para poder avanzar y emprender el largo proceso de evolución y mejoras, primero has de cumplir este paso. No puedes saltártelo. De otro modo, mentirás a ti misma y, por lo tanto, conseguirás un cambio de mentira, que, obviamente no perdurará en el tiempo. Lo que construyes sobre los cimientos de mentira, nunca será estable o consolidado y te aseguro que caerá por su propio peso.
Sigamos. El tercer paso también es sumamente importante. Hacer dieta y ejercicio está muy bien, pero no cuando tu único objetivo es ADELGAZAR. ¿Curioso, verdad? Y seguramente ese era tu objetivo siempre que habías estado a dieta. A primera vista parece todo muy lógico: me pongo a dieta porque mi objetivo es adelgazar. NO. Nunca ha de ser así. Adelgazar será una consecuencia natural del mero hecho de cuidar tu alimentación, pero no debe ser tu objetivo, al menos no el único. ¿Entonces, cuál es el objetivo que hemos de tomar como primordial? El objetivo fundamental debe ser TU SALUD. De ser así escogerás dietas más saludables y equilibradas, sin exagerar ni relajarse en exceso. Y lo que voy a decir es la clave, optarás por una dieta que podrás mantener de por vida. Quiere decir que cambiarás tus hábitos alimenticios, no simplemente mantendrás una dieta agónica por un breve período de tiempo. La verdadera esencia y el secreto de un cuerpo esbelto y precioso es la SALUD y unos hábitos alimenticios sanos, no una dieta absurda. No elijas estas dietas que lo único que harán es marchitarte. El mantener un cuerpo bello y con ello la salud es un estilo de vida. Es crucial. Centra tu meta en lograr una SALUD excelente y con ello y como CONSECUENCIA ADELGAZAR. Porque insisto tanto en LA SALUD. Porque es de un valor incalculable. Eres rica si tienes SALUD. No permitas que las dietas irracionales te arruinen. Una persona que no posee salud no va más allá de intentar recuperarla. Si pierdes tu salud ya no podrás pretender a un cuerpo precioso, ni a nada más en general. Toda tu vida girará en torno a cómo volver a sentirte bien. La pérdida de salud es una desgracia que te anclará y no permitirá vivir plenamente. Por ello, MEJORAR LA SALUD debe ser la finalidad de cualquier cambio nutricional.
Dicho esto, propongo una dieta saludable y equilibrada. Yo la he llamado la dieta de la felicidad. Porque es una dieta que indudablemente te hará sentir bien. Tu cuerpo te lo agradecerá y responderá dándote más alegría y bienestar.


Dieta de la felicidad. (Elaborada por técnico superior en nutrición y dietética).

Desayunos a elegir:
ü  Tostada de pan integral (60g. de pan) con aceite de oliva o tomate fresco rallado. Café con leche desnatada.
ü  Un bol de cereales integrales (50g. de cereales) con leche (un vaso de leche desnatada).
ü  5 galletas maría o 3 galletas de avena. Un vaso de leche de soja.
ü  Un plato de avena con stevia (es como sacarina) y plátano.

Posibles almuerzos:
Fruta del tiempo o yogur

Comidas a elegir:
ü  Un plato de lentejas light con mucha verdura, carne de pollo o ternera, sin chorizo y 70g. de lentejas.
ü  Ensalada de pasta: mucha verdura de hoja verde, tomate, pepino, etc., pasta 60g., también se puede añadir frutos secos o queso de cabra.
ü  Patatas asadas con pollo al horno. 3 patatas medianas, cebolla, tomate y pollo.
ü  Potaje de garbanzos. Mucha espinaca, tomate, cebolla, jamón serrano y 70g. de garbanzos.
ü  Un plato de guisado de ternera o pavo. Cebolla, tomate, carne de ternera o pavo, judía verde, pimiento rojo y verde, guisantes y una patata mediana.
ü  Verduras a la plancha con pechuga de pollo más 40g. de pan.
ü  El domingo un plato de paella.

Advertencia: cocinar siempre con poco aceite, una cucharada sopera por plato.

Postre: fruta de temporada 150g. o yogur.

Meriendas:
Tostada con jamón york o queso fresco o 5 galletas mará con café con leche. (leche siempre desnatada).

Cenas:
Siempre un plato de verduras a la plancha o ensalada, o hervido, o puré de verduras de guarnición.
De segundo pescado a la plancha, carne roja a la plancha o tortilla francesa de 3 claras y una yema.

Postre: fruta de temporada 150g. o yogur.

MUCHA SUERTE Y DISFRUTA DE TODO EL PROCESO DE TU TRANSFORMACIÓN, NO SOLO DE LOS RESULTADOS. No harás algo bien si no disfrutas haciéndolo.





viernes, 29 de julio de 2016

En búsqueda de la vocación.

Antes de proceder a la lectura retrocede mentalmente a tu infancia. Cuántas veces habrás escuchado la pregunta: ¿Qué quieres ser de mayor? ¿Recuerdas lo que contestabas? Seguramente que no. Y de hecho, ninguna de estas respuestas estaba en lo cierto. Pero lo más dramático es que ahora, cuando ya no eres esta niña inocente, esta pregunta no te la hace tu adorable abuelito o el tío. Ahora esta misma pregunta, que tantas veces te hicieron, te la estás haciendo tú misma: ¿Qué quiero ser? Además, la pregunta del millón adquiere múltiples matices: ¿A qué he venido a este mundo? ¿Qué quiero hacer en la vida? ¿Cuál es mi propósito? ¿Qué es lo que me llena? ¿Cuál es mi pasión?

Vivir amando apasionadamente lo que haces es lo más bello que le puede ocurrir a una persona. Creo que el que logra encontrar la respuesta a todas aquellas preguntas, antes mencionadas, es la persona que sabe la respuesta a la pregunta más compleja que haya existido jamás: ¿Qué es la felicidad? Creo que es una persona que posee la sabiduría milenaria. A todas nos gustaría ser esta persona y saborear, aunque sea por un instante, lo que se siente cuando tanto amas lo que haces y cuando sabes porqué has llegado a este mundo. Es verdaderamente importante para el ser humano saber que no es en vano su paso por la tierra, saber que su día a día vale la pena. En realidad, es más sencillo que todo esto. Nos importa sentirnos ÚTILES.


Hoy en día, en la situación de igualdad con los hombres, las mujeres también buscamos nuestra misión, aparte la de criar a los hijos y cuidar del hogar. ¿Pero qué significa esto para una mujer? Quizá lo mismo que para los hombres. Hoy la mujer también aspira a sentirse REALIZADA. Así que, todos deseamos lo mismo: una llamada, una voz, que no deje de sonar en el corazón. Las mujeres no solo hemos logrado equidad con los hombres en los aspectos como trabajo, tareas del hogar, educación de los niños, etc. Hoy también somos soñadoras libres que se pueden permitir volar tan alto como quieran. Esto acarrea no solo ventajas sino que también el dilema de encontrar nuestra VOCACIÓN. El no saber a dónde vas puede llegar a inquietar y acongojar en gran medida. No ver tu vocación es como ir por un camino tenebroso completamente a oscuras. Y aquí estás, caminando por este camino. Vas probando miles de cosas. Empiezas a veces con mucha ilusión y otras no tanto. Algunas de estas cosas las acabas y comprendes que no era esto lo que tanto anhelabas. En otras ocasiones ni siquiera llegas a acabarlas. Finalmente, sigues sin ver nada, pero ahora además de esto, estás rodeada de un montón de cosas que has probado y no dieron ni siquiera chispa para encender una luz. Te encuentras rodeada de este caos tremebundo. ¡No te detengas aquí! Ya has caminado mucho a ciegas. Pero sigue. Camina un poco más. El quedarte quieta, rodeada del caos y oscuridad, seguro que no prenderá esta llama de pasión en tu alma. Y es lo que estás buscando. Buscas la llama de tu VOCACIÓN. Por eso mismo, no ves, porque estás en el proceso de la búsqueda. Una vez encuentres, lo tendrás claro. Por fin, podrás ver. Y entonces, todas estas cosas que hiciste, como por el arte de magia, encontrarán su lugar. El caos se convertirá en un orden perfecto, donde todo tiene su razón de ser. Nada es en vano. Recuerda, que todas estas cosas que hiciste y que parece que no sirvieron de nada, finalmente, serán fundamentos de tu grandioso templo, TU VOCACIÓN. No se puede adivinar o predecir cuándo llegará este momento de lucidez y claridad. Lo único que está claro es que si te detienes, puede que no llegue nunca. LA ACCIÓN es tu llave maestra para abrir esa única puerta que tanto buscas en tu camino.


Pero seguramente surge la duda. Lo de la vocación es maravilloso. ¿Pero y el dinero? Todas deseamos ganar dinero y si es ganar la vida con lo que realmente nos apasiona aún mejor. Desgraciadamente, no siempre los conceptos DINERO y VOCACIÓN están ligados. Si lo que te llena de hacer algo determinado es porque piensas que te dará mucho dinero, lo que realmente estás buscando es RIQUEZA, no la vocación. Entonces, pienso que cualquier otra actividad te llenará de la misma manera o más si da más dinero. La VOCACIÓN es algo muy distinto. Es algo que tú desearías hacer aún sabiendo que nunca te aportará ni un centavo. Aunque sí hay milagros en los que la búsqueda de la vocación conduce a un triunfo económico monumental y formidable. Ejemplo de ello, podría ser Jeff Bezos, el fundador de Amazon. Bezos era trabajador en banca de inversión. Hasta que emprendió un viaje por Estados Unidos en el que ideó Amazon.com y que, como todas sabemos, fue un éxito. Otro ejemplo es Sara Blakely, una vendedora puerta a puerta de complementos de oficina. Su búsqueda de la vocación la condujo a la creación de una exitosa línea de lencería femenina, Spanx. En verdad, ejemplos de grandes éxitos vocacionales pueden haber muchos. Por ello, quizá, no hay que perder la esperanza. Pero también hay que recordar que hay personas que cambiaron brillantes carreras por otra profesión más modesta y no tan remunerada por la llamada de la voz de su VOCACIÓN. Estas historias son menos conocidas, pero tiene que haber de todo en el mundo. Y seguro que tú tienes cerca de ti aunque sea una persona que dedica su tiempo libre a hacer algo con tanta pasión que ni se asemeja a la que tiene en su trabajo. El trabajo le da dinero y su afición le llena de entusiasmo. Su pasatiempo no es una simple diversión, se puede decir que en ello encontró su VOCACIÓN. Esto ocurre porque la pasión llena mucho más que el dinero. El único problema en todo esto es que solo la pasión no basta para pagar las facturas. Pero no significa que debemos renunciar a nuestros sueños solo porque no nos aportan una buena tajada financiera. Sí es cierto, que tendremos que gastar menos tiempo en esto que tanto amamos hacer, pero NUNCA RENUNCIAR. Por todo lo dicho, la conclusión es nunca detenerse y seguir haciendo cosas. Seguir APRENDIENDO, porque nunca sabes dónde, cómo y bajo qué circunstancias descubrirás tu VOCACIÓN. Y no te apures, no te desilusiones y no caigas en la exasperación si todavía no sabes cuál es tu verdadera pasión. Simplemente SIGUE tu camino de la búsqueda, por muy oscuro que sea. Tu pasión más auténtica y genuina te encontrará a ti y alumbrará toda tu existencia. Y eso será así, porque a toda pregunta surge respuesta, a toda inquietud surge sosiego y a toda incertidumbre surge certeza. Tu búsqueda también hallará su dictamen. Sea tarde o temprano, si pides recibirás. El que busca siempre encuentra. Y si esta voz ha surgido en tu interior, no parará hasta que encuentre la calma. Lo único que puede serenar esta voz es el logro de la VOCACIÓN tan codiciada. Por ello busca, pero no te consumas. Sé PACIENTE y TENAZ, cualidades que te serán de mucha ayuda si lo que quieres es que tu vocación te encuentre y aún más si quieres que ésta te alce a la cumbre del ÉXITO.

miércoles, 27 de julio de 2016

¿Cómo tomar una Decisión con letra capital?

No todas las decisiones de nuestra vida son iguales. Las hay que no repercuten mucho en nuestro futuro. Pero también hay otras de las que depende tu porvenir y al tomarlas está mucho en juego. Sea cual sea el tipo de la decisión, casi siempre, tienen una característica común y es que son difíciles de tomar. Ojalá todas fueran obvias y simples, donde nosotras somos las reinas de la situación, tenemos las ideas claras y gobernamos sobre las circunstancias. Pero entonces no sería necesario en absoluto adentrarse en las profundas meditaciones de “¿qué hago?”. No sería necesario buscar consejo y asesoramiento de amigos y familiares. No sería necesario buscar inconscientemente a la gente con situaciones parecidas. Ni siquiera haría falta hacerse ninguna pregunta a sí misma. Pero sin embargo, tu agotada mente te encauza una y otra vez a esto mismo desde que abres los ojos por la mañana.  Cuando te suceda esto y cuando te des cuenta de que estás confusa, preocupada y titubeante, significa que estás ante una Decisión con letra capital.
Siempre hay solución. En cualquier tipo de decisiones podemos actuar de las siguientes formas:
Decidir rápido y cambiar de opinión rápido. Esta sería la forma perfecta, por ejemplo, para comprarse un vestido. Te decides rápido por un vestido y si cambias rápido de opinión, lo cambias por otro. Obviamente no es la fórmula perfecta cuando se trata de las Decisiones con letra capital.
Decidir lento y cambiar de opinión rápido. A mi parecer, es la forma más absurda de tomar cualquier tipo de decisiones, incluso cuando se trata de comprarse un vestido. Es cuando gastas una inmensa cantidad de tu valioso tiempo para decidir cuál es el vestido que finalmente te vas a llevar. Pero el desenlace de toda esta elección es un cambio radical y repentino de este vestido, que tanto te costó elegir, por otro. Esta forma de decidir se puede utilizar cuando vas de compras en la mismísima cumbre de las rebajas. Pero no para otro tipo de decisiones y menos todavía para esta decisión única y especial con letra capital. De hecho, en las decisiones vitales cuando quieres cambiar de opinión, en muchas ocasiones, ya es demasiado tarde. Las situaciones creadas, como consecuencia de estas decisiones, son irreversibles. Por eso son tan complejas y difíciles de tomar. La imposibilidad de vuelta atrás para cambiar algo o reconstruir todo tal y como estaba antes, produce MIEDO. Este es el hostil rival que se esconde en nuestro interior y no permite que podamos tomar estas decisiones con letra capital de forma libre y espontánea. Incluso, a menudo, no deja avanzar en la vida porque de la toma de esta decisión depende de si avanzas o te anclas en el mismo lugar.
Pero todavía queda otra forma de la toma de las decisiones y es decidir lento y no cambiar de opinión NUNCA. Podría también indicar la forma de decidir rápido y no cambiar de opinión nunca, pero me parece que es tan idílica que si tomáramos la decisión rápidamente sin cambiar de opinión, sería una decisión fácil en la que tenemos todo muy claro. Pero estamos hablando de las decisiones que generan grandes dudas. Por lo tanto, creo que queda tan solo una opción y es decidir lento y no cambiar de opinión NUNCA. Pensándolo bien, esa forma habla por sí sola y advierte que no debemos darnos prisa en tomar la decisión. Por ello, mi consejo es, TÓMATE TU TIEMPO. Todo el que creas necesario. Aunque hay circunstancias en las que fecha límite llega y no te puedes escapar. El tiempo coacciona y apresura. Pero de todos modos, e incluso en estos casos, tómate todo el tiempo que puedas. Valora bien las consecuencias tanto en una dirección como en otra. También muy importante, toma tu Decisión con letra capital, partiendo de la idea que la opinión no se cambia a posteriori. Tiene que ser una decisión firme. Ya que esta decisión posee un alcance importante sobre tu futuro, es tu responsabilidad escoger la opción más correcta. No se puede decir la opción válida porque en el juego de la vida nunca puede haber una sola alternativa que sea la correcta. Como no hay solo un color gris, hay muchas tonalidades del gris. Pues alternativas también puede haber varias que sean buenas, pero tú has de escoger la mejor para TI. Esto también es crucial, PARA TI. Es cierto que puede haber otras personas involucradas y estás teniendo en cuenta la influencia de tu decisión sobre los demás. Somos seres sociales y siempre contamos con las personas que nos rodean. Sin embargo, en las ocasiones de dilemas peliagudas centra tu atención en TI y en la opción más favorable para ti. Porque al fin y al cabo, eres tú la que vas a vivir con tu decisión tomada y las consecuencias serán mayor sobre tu vida, ya que la decisión es tuya y de nadie más. ¿Pero cómo lograr decidirse y ya no cambiar de opinión? ¿Cómo ser tan firme en este asunto que no hace más que desestabilizar? Pienso que será más fácil si centramos la atención en que la vida va a seguir su curso. No va a terminar. Seguirá, con este giro absoluto e inapelable, pero seguirá. La especie del ser humano ha sobrevivido y ha podido dominar las adversidades gracias a su capacidad de ADAPTACIÓN. Tú también tienes esta capacidad innata. Tienes la habilidad de adaptarse a los cambios y esta misma habilidad te protegerá frente a eso a lo que ahora tienes tanto miedo. Entonces la única forma de poder tomar una decisión, por muy grande y peligrosa que sea ésta, es DAR EL PASO. Todo lo demás irá sobre la marcha. Conozco esta sensación de impotencia e indecisión porque a lo largo de nuestra experiencia vital adquirimos más miedos a las decisiones por haber tomado algunas equivocadas en el pasado. El futuro ARREPENTIMIENTO es el sentimiento que también engendra MIEDO atroz en nuestro interior, al igual que el darte cuenta de que la decisión es irreversible. El arrepentirse de haber tomado una decisión puede ser terrible y torturar durante años. Por ello, a la hora de DAR EL PASO hay que tener previsto las consecuencias que van a surgir de ello. Por eso no tomamos la Decisión con letra capital utilizando los dados o monedas. REFLEXIONAMOS Y LLEGAMOS A UNA CONCLUSIÓN. Hay que tener claro que en el juego de la vida se pierde en algunos aspectos, pero se gana en otros. Tampoco vamos a pretender ser ganadoras infalibles. Por último y para resumir, para no quedarse con las mismas dudas, decir que DAR EL PASO es la clave para tomar la Decisión con letra capital, pero llegado este momento, ya debes haber desgastado todo el TIEMPO que podías para sopesar y valorar las posibles consecuencias. Aun así nadie te puede asegurar una victoria absoluta, y nadie te asegura que le ganarás la partida al arrepentimiento. Puede que te vuelvas a equivocar. Pero seguro que si deseas realmente ganar la batalla de la vida y llevar como obsequio la FELICIDAD, tendrás que equivocarte muchas veces antes de, por fin, lograr tu Decisión con letra capital correctamente tomada. JUEGA, VIVE, Y ACERTARÁS.          

lunes, 25 de julio de 2016

Cuando te sientes mala madre.

Estos momentos tan duros. Cuando por milésima vez rompiste la promesa a sí misma de no gritar nunca a tu pequeño, o de no quitarle ojo de encima, o cualquier otra de las promesas que nos hacemos las mamás después de un incidente que no queremos que vuelva a pasar. Pero aquí estás, llorando, porque volvió a suceder y te estás flagelando mentalmente por mala madre. Y la culpa, tu ejecutor, ya te está esperando, y tú, con la cabeza gacha, aceptas el castigo por tu propia voluntad. Con lágrimas corriendo por las mejillas, te postras ante la culpa y aquella comienza a azotar tu alma encarnizadamente. Es un sentimiento realmente desgarrador. A veces, da hasta vergüenza contarlo a alguien y desahogarse un poco. Porque te piensas que todo el mundo te llamará mala madre. Sin embargo, inténtalo, cuéntaselo a alguna mamá y seguro que dirá que esto o algo parecido ya le ha ocurrido. El compartirlo es el primer paso para disminuir tu condena, te sentirás mejor y verás que pronto saldrás de la cárcel en la que te ha encerrado tu propia culpa.
Cuando te vuelva a pasar, que seguro que te pasará más de una vez, échale agua fría a tus sentimientos ardientes y reflexiona. ¿Qué te hace sentir mala madre? ¿El que tú has hecho algo mal como madre? Me hace pensar que lo que quieres es una buena madre para tu angelito. ¿No es así? Claro, que sí. Por eso mismo, no paras de martirizarte y repetir una y otra vez: “¡Nunca más, nunca más!” Pero debes pensar que la vida de la mano de tu hijo no es corta y que no puedes evitar que nunca pase nada y todo sea de color rosa. Sí es cierto, que como madre que eres, vas a intentar proteger a tu criatura a toda costa y harás todo que esté en tus manos para crear este mundo de color rosa a su alrededor. Es obvio. Pero no debes permitir que la culpa, porque alguna vez no te salió del todo bien, te esté degollando lentamente. Volvemos a esta frase: quieres una buena madre para tu angelito. Estoy segura de que la respuesta es afirmativa. Entonces, esto me lleva a otra reflexión, y es que toda esa culpa y el desgarrador sentimiento de ser mala madre y no hacer las cosas bien, se manifiestan por una única razón – TU ENORME AMOR POR TU HIJO. Sinceramente, en mi humilde opinión, los conceptos AMOR y MALA MADRE difícilmente pueden estar unidos. Por ello, no permitas que el sentimiento de ser mala madre te crucifique. Pero tampoco intentes librarte de la culpa fácilmente. No pretendo decir que te olvides de todo y ya está. Como madre, sé que no es algo que sea fácil de borrar, anular o suprimir. Porque la culpa está allí aferrada fuertemente a tu pobre alma. Lo que sí se puede hacer es convertir esta culpa en nuestro cómplice en el propósito de MEJORAR. En lugar de reconcomerse, hazte preguntas como: “¿Qué puedo hacer para mejorar mi actitud frente a estas situaciones o cómo la próxima vez puedo evitar que pase?” Reflexiona y seguro que llegarás a una conclusión útil y a un acuerdo con tu culpa.
Las mujeres siempre tenemos mucho trabajo. También tenemos doble trabajo en nuestro crecimiento personal. No basta con solo crecer y aprender como persona. También en nuestros hombros está la pesada carga de aprender a ser BUENA MADRE. No es una tarea fácil. Y nuestra experiencia como mamás es un manual que siempre ha de permanecer abierto. Yo no veo que algún día pueda cerrar definitivamente este compendio y darlo por leído. Estaremos siempre en este proceso de crecimiento y aprendizaje. Pienso que es algo que no se puede completar, resumir y rematar. El aprendizaje de ser buena madre es una lección vital que incluso en el lecho de muerte estaremos repasando. En esta vida no hay materia que sea fácil de asimilar y aprobar, y menos todavía la maternidad. Y las únicas que nos ponen notas somos nosotras mismas, y es lógico y comprensible que seamos estrictas en nuestra valoración. Pero te aseguro, que no suspenderás, aunque habrá exámenes muy laboriosos que tu pequeño te propondrá y serán muy difíciles de aprobar. En más de una ocasión te pondrás la nota de MALA MADRE. A pesar de ello, espero que esa valoración solo sea para servirte de estímulo para aprender más y mejor.   

domingo, 24 de julio de 2016

¿Cómo olvidar el pasado?

Seguro que a todas nos es conocida la situación cuando un hecho o circunstancias del pasado no dejan de resurgir en la mente. ¿Y qué hay de malo en ello? Si, es mucho más fácil dejar la mente a pasearse por los recuerdos libremente. Sin embargo, buscamos una escapatoria. Intentamos fugarnos de estos recuerdos. Deseamos con todo el alma que el pasado se esfume de una vez. Pero sigue allí y siempre estará allí como parte inseparable de nosotras mismas. Y gritamos en las profundidades de nuestro interior: “¿Cómo olvidar el pasado?” ¿Y por qué siempre surge? ¿Por qué están allí estos recuerdos que no hacen ningún bien? Algunos duelen, otros atormentan, otros avergüenzan, otros son decisiones que hubiese gustado cambiar, otros son demasiado bellos como para haberse salido de nuestra vida. Son muy diferentes y cada una de nosotras tiene el suyo propio y personal. Pero todos estos recuerdos tienen algo en común y es esta molesta persistencia. El pasado persevera con firmeza. De este hecho la responsable es nuestra compleja y misteriosa mente. Los recuerdos más perturbadores están saturados de una altísima carga emocional. Algo que produjo pocas emociones no se recuerda. Seguro que te habrá pasado que alguien te está contando una situación que sucedió contigo hace mucho tiempo y para ti es como si fuera una película que te suena haber visto. Sin embargo, este pasado del que intentas huir es distinto. Revives en tu mente determinadas situaciones una y otra vez. Piensas en ello continuamente, y tu mente siempre te redirige a este pasado que a ti te hubiese gustado que no hubiera ocurrido o por el que tanto lloras de pena por haber terminado. Algo está claro, y es que si no se olvida es porque produjo un gran impacto sobre tu persona o sobre tu vida. Y olvidar este pasado es imposible. No se puede borrarlo del disco duro, reiniciar y listo. Los sucesos que dejaron huella en el pasado están grabados en la historia de tu vida, y las emociones vividas están esculpidas en tu corazón. La memoria es un don que nos brindó la naturaleza para la evolución grandiosa de nuestra especie. Gracias a la memoria aprendemos para nuestras futuras experiencias. Y el abanico de sentimientos que somos capaces de percibir es una carga que cada uno debe aprender a llevar lo mejor que puede. Teniendo en cuenta que somos seres inteligentes y sensibles, hay que reconocer que ni los hechos más impactantes de nuestras vidas, ni las emociones más sensacionales se van a olvidar. Por ello, la primera estrategia para afrontar, y repito AFRONTAR no olvidar el pasado, es ACEPTARLO. Y aceptar que siempre estará allí, detrás, como una sombra. Pero no por ello debemos permitir que gobierne sobre nuestro presente. El pasado, por muy doloroso o penoso de que se haya acabado que sea, es muy útil y hay que aprovechar lo que nos ofrece. Podemos beneficiarnos del valor incalculable que nos atribuye nuestro pasado y es el APRENDIZAJE. No sirve de nada deplorar, llorar o arrepentirse. Son emociones poco constructivas. Los pensamientos procedentes del remordimiento por las decisiones tomadas o aflicción no aportan NADA. Tan solo añaden más dolor y más pesadumbre por el pasado. Este dolor y la pesadumbre no son cosas que te puedan ayudar a construir un futuro radiante. ¿Estás de acuerdo? ¿No querrás construir una casa sobre los cimientos podridos, verdad? El futuro debe ser construido sobre la alegría, felicidad, fe, esperanza y también la EXPERIENCIA ADQUIRIDA EN EL PASADO. Por ello, coge todo este dolor y conviértelo en experiencia edificante y provechosa. Para ello sigue recordando, pero deja de llorar. Ten en cuenta que gracias a tu pasado hoy eres una mujer más diestra, más avispada, más diligente y más astuta. Mucho más todo que en aquel pasado. Sigues siendo la misma persona, pero con un bagaje de cualidades personales mucho más pesado. Seguro que ahora tienes más herramientas para construir tu vida. Por eso, una vez aceptado tu pasado, agradécele todas estas facultades que te dio. Agradece tu pasado por la persona en la que te convirtió. Aunque es mejor que te centres en lo positivo. Porque en muchas ocasiones el pasado suele añadir a nuestro bagaje también el rencor. Intenta aligerar tu equipaje de experiencia y cualidades adquiridas, deshaciéndote de lo negativo como el odio, enojo, rabia, coraje, etc. En muchas ocasiones este obsequio del pasado adicional es lo que amarga el presente y no deja catar ni una pizca de felicidad. Por eso es tan importante quedarse solo con lo aprendido que permita mejorar las decisiones del presente y las elecciones de las personas que nos rodeen. Es fácil entender qué te será útil y que no del pasado. Quédate pues con la experiencia y levanta los cimientos de tu SABIDURÍA. Y lo más importante SIGUE HACIA ADELANTE Y DISFRUTA DEL PRESENTE. 

sábado, 23 de julio de 2016

Educando en armonía.



La educación de nuestros pequeños es la tarea que nos viene grande a primera vista cuando nos enfrentamos cara a cara con la nueva situación - MATERNIDAD. Y de hecho, nunca es tal y como la imaginábamos cuando todavía no estábamos en esta situación de ser mamá. Pero no hay vuelta atrás y el camino a pesar de ser largo y difícil hemos de seguir por él. Detrás de nuestras espaldas y por delante hay miles de incidentes en los que nuestro amado pequeño nos saca de quicio. Es algo tan no deseado, pero tan inevitable a la vez. Son acontecimientos en los que pierdes los papeles y de pronto te saltas todas las normas morales y valores que rigen tu vida, especialmente aquellos que son los referentes en la educación de tus hijos. Supongo que esto nos suena a todas. ¿Qué se puede hacer? ¿Cómo evitar los berrinches y de las mamás y de sus criaturas? Los de las criaturas, va a ser que no se puede evitar. Pero sí hay algo que se puede hacer y es trabajar con nuestra propia actitud hacia estas situaciones y en general. Lo primero es llenarse de mucha paciencia. Es el primer paso y el más importante. La paciencia será nuestro escudo protector frente a las explosiones de nuestros peques y frente a las nuestras propias. Sobre todo es importante protegerse de nuestras propias explosiones y proteger a nuestros hijos. Porque la psíquica de un niño es todavía muy tierna y vulnerable. Aunque cuando mires a este pequeño monstruito que está montándote una escena, no te lo parezca, recuerda su vulnerabilidad. Tú eres fuerte. Tú sí que puedes y sabes afrontar los problemas y resolverlos. Demuéstrale a tu hijo cómo se hace. Muestra con tu ejemplo. Muestra esa confianza y respeto que tienes hacia los demás, hacia sí mismo, hacia tu pequeño y hacia el mundo. Entonces él aprenderá el respeto y la confianza de ti y hacia ti. El respeto y la confianza son los pilares fundamentales en las relaciones con otras personas. Nuestros hijos también son personas aunque todavía pequeñas y con esa particularidad de estar en pleno desarrollo. Ellos crecen, evolucionan y maduran a gran velocidad. ¡No perdamos el tiempo! ¡Esa época nunca más volverá! El tiempo es algo que no juega a nuestro favor. Cuando te quieras dar cuenta tu hijo ya es una persona adulta con su personalidad, carácter, naturaleza y temperamento. No permitas que se convierta en un extraño con el que no te entiendes. Crea un vínculo emocional con esa diminuta criatura que lleva tu sangre y hazlo a tiempo porque luego puede ser demasiado tarde. Y creo firmemente que este vínculo tan especial es imposible de instaurar recurriendo a golpes, nalgadas o gritos. Es complicado. Hay que hacerlo a tiempo y hacerlo bien. Pero de ello depende el futuro de nuestros hijos. Porque las mamás somos uno de los principales factores en la formación de una nueva PERSONA. Es obvio que cada niño es un mundo. Y repito, son PERSONAS y por ello tienen su carácter y su personalidad. Teniendo este hecho en cuenta creo que toda madre debe partir de allí en la educación. Educar a PERSONAS y hacerlo como lo hacemos con todas las PERSONAS - HABLANDO. Con los adultos no tenemos problemas y hablamos, y siempre o casi siempre, llegamos a un entendimiento. Mi consejo es HABLA CON TU HIJO. Habla mucho con él/ella explicándole las cosas del porqué y para qué. Son PERSONAS, pero con una peculiaridad y es que son personas pequeñas. Por ello no solo hemos de hablar con ellos, sino que guiarles en su aprendizaje. No basta con decir NO. No toques esto, no hagas esto o aquello, no hagas ruido, no, no, no y mucho no. ¿Pero por qué? El niño no sabe porqué no puede hacerlo. Dale una explicación razonable. No te limites con ese NO. Saca provecho de cualquier situación, por muy desagradable que sea, para hablar con tu pequeño. Crea una conversación interesante. Sustituye el acto molesto por una conversación y al mismo tiempo desvía la atención del pequeño de lo que está haciendo. Haz que converse contigo y que enfoque toda su atención en ti. Despierta su curiosidad. Sé creativa. Empieza a inventar una historia: “Y sabías que los niños que hacen esto o lo otro, les pasará esto o aquello.” Seguro que el diálogo con su mamá será mucho más entretenido que lo que está haciendo. 

HABLAR es una de las habilidades sociales y de comunicación. Pero hay otras. Y una de ellas es la EMPATÍA. También, en mi opinión, es la táctica de educación por excelencia. Compórtate con tu hijo como te gustaría que se comportaran contigo y no hagas a tu hijo lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Recuérdate de pequeña. ¿Te gustaba que te castigaran, que te pegaran o que te gritaran? Seguro que no. ¿A caso, aprendiste algo con al menos una nalgada? ¿Y con los gritos? ¿Aprendiste mucho? La respuesta es obvia. 

Para los niños la mamá es el hada que lo puede todo y es la figura de cariño, ternura y respeto. La mamá es el hada que crea un mundo de ARMONÍA. No cambies nunca esa imagen de hada con los gritos o nalgadas. Que tu pequeño crea en su hada hasta el final de su recorrido por la vida. Su hada que le comprende, que le protege, que le cuida y que le AMA. Haz a tu hijo el regalo más bello de todos los mundos existentes y no se lo arrebates con los gritos o castigo. Regálale el AMOR DE MAMÁ.

viernes, 22 de julio de 2016

¿Qué he hecho con mi vida hasta ahora?

Vivimos en una sociedad exigente y dinámica. La sociedad ha evolucionado a gran velocidad. Con ella hemos evolucionado las mujeres también. Hoy en día ya no basta con criar hijos y cuidar del hogar. La vida de la mujer actual está llena de muchas más facetas y de más colores. Es más divertido, pero también más complejo. Las mujeres ya no nos conformamos siendo solo mujer, esposa, madre. Expresamos libremente nuestra personalidad en todas sus tonalidades. La mujer del siglo XXI es un ser que se desarrolla como persona, como profesional y como mujer cuidadora del hogar. Es un ser socialmente activo a gran escala que cumple con una misión compleja y polifacética. Tenemos que estudiar y construir una carrera profesional brillante, tenemos que encontrar el amor y formar un matrimonio triunfal, tenemos que tener hijos y educarlos bien, tenemos que tener muchos amigos y ser alguien en este mundo tan vertiginoso. ¡Y todo esto para los 30! Una chica treintañera con un trabajo estable, con un novio con el que se compraron piso y planean tener hijos – esa es la viva imagen de una triunfadora. Pero desde luego que no todas llegamos a este punto a los 30, a veces ni a los 40, y ni siquiera los 50. Pero porqué entonces la cabeza no para de dar vueltas alrededor del mismo tema: “Todavía no tengo novio, me quedaré sola para toda la vida. O todavía no tengo trabajo y vivo en casa de mis padres.” Y surge la gran pregunta: ¿Y QUÉ HE HECHO CON MI VIDA HASTA AHORA? Si este es tu caso puede que lo que te está pasando es que los 30 están llamando a tu puerta. Y si no es este cumpleaños será el próximo. Pues junto con este cumpleaños llega la conocida crisis de los 30 años. O puede que no son los 30 sino que los 40. Yo lo llamaría la crisis de las décadas de media vida. Si no cumplimos determinadas expectativas lo que se siente es FRACASO. ¿Qué representa el fracaso? Es un intento fallido. Algo que tuvo su comienzo, su proceso de evolución y su final. Y este final no fue el esperado. En todo caso es algo que terminó. ¿Pero a caso tu vida ya ha concluido? En absoluto. Tu edad es tan solo una cifra. Las memorias de tu vida tienen muchas páginas en blanco. Y por ello has de comenzar. Comienza otra vez. Vuelve a intentar lo que no te salió. O comienza de cero un nuevo intento. Comienza a buscar tu pareja ideal, comienza a buscar el trabajo de tus sueños, comienza a buscar motivaciones, comienza a buscar ilusiones frescas que te devuelvan las ganas de vivir. Pero ahora quizá en tu cabeza surja un pensamiento fugaz como un destello: “Pero es que no quiero hacer nada.” Aun así hazlo. Haz lo que sea, aunque por ahora no te apetezca. ¿Te apetece comerte Balut? ¿Verdad que no? Porque no sabes lo que es. Es un plato exótico, huevos de pato fertilizados en fase de embrión, hervidos y servidos con cáscara. En lugares como Vietnam, Camboya y Filipinas es una de las delicias de los recetarios locales. Ellos están acostumbrados a comer esto, han creado este hábito desde la infancia. Sin embargo, tú que no lo has visto, ni lo has probado en tu vida, te parecerá ser hasta algo salvaje.  Al igual que cuando no haces nada, no te apetece hacer nada porque has creado el hábito de no hacer nada desde hace mucho tiempo. ¡Haz algo! Comienza por algo sencillo. Haz un curso de cocina online, por poner un ejemplo. De lo contrario, seguirás con este vacío existencial y un gran sentimiento de inutilidad. Las mujeres somos máquinas de ideas inspiradoras. Solo hay que ponerla en marcha. Si no haces nada, te conviertes en una máquina de ideas triste, cubierta de telarañas y la que nadie ve. Pero si empiezas algo hoy, mañana te convertirás en una máquina de ideas brillante sin la que nadie se imagina su existencia. ¡Actúa ya! Con la acción se despertará tu deseo de la acción. Con más deseo de la acción habrá más acción y con más acción aún más ganas de la acción. Es un ciclo. Ciclo que tan solo se interrumpe con la pereza y la no acción. Y tú eres la única que lo decide.

No tengas prisa en poner un punto final en las memorias de tu vida. Porque siempre puedes pasar página y escribir una nueva. Que estos 30, 40, 50 o los años que cumplas, sean tan solo un punto de inflexión para un gran y bello comienzo. Y démosle las gracias a esta maldita pregunta de ¿QUÉ HE HECHO CON MI VIDA HASTA AHORA? Porque precisamente esta pregunta es la que pone en marcha tu máquina de ideas y tu acción. 

jueves, 21 de julio de 2016

Encontrar pareja. Los mejores secretos de seducción.

Tu media naranja está allí entre la multitud. ¡No te desanimes! Cree firmemente que está allí esperándote. Ese es el primer paso – creer. Tu pareja nunca llegará si ni siquiera le esperas. Dale una oportunidad para entrar en tu vida. Tu fe le brinda esta oportunidad. ¿Es verdad que no podrás entrar por una puerta si ésta está cerrada? ¿Es verdad que no irás a una fiesta a la que no estás invitada? Pues es lo mismo. Tu pareja perfecta no aparecerá si tú no le esperas.


¡Pero la soltería es tan insoportable! Con sus noches llenas de lágrimas. Con las miradas fugitivas a las parejas felices. Con el anhelo de besos apasionados y tiernos abrazos. ¿Cómo soportar este enorme deseo de sentirse querida? ¡Paciencia! Sé paciente y aprovecha el tiempo para adquirir conocimiento y nuevas cualidades personales. Trabaja contigo misma y mejora como persona.
Y también descubre estos secretos de seducción que seguramente te ayudarán a sentirte mejor y lo más importante construir en un futuro una relación sana y duradera.

El primer secreto ni siquiera te parecerá ser un secreto y puede que no descubras nada nuevo. Cuida tu imagen. Sí, así de sencillo. Pero aquí viene lo interesante. Cuida tu imagen para gustarte a ti misma. No es para gustarle más al sexo opuesto. No es para ligar más. Es para gustarte a ti misma. Esta es la clave. Te preguntarás por qué. Muy fácil. Si estás a gusto con tu propia imagen y te gustas de verdad, también les gustarás a los demás. Es directamente proporcional. El hecho de que te gustes a ti misma te brinda algo excepcional. La seguridad y confianza. Algunos afirman que la confianza en uno mismo es un elemento crucial para el desarrollo de la persona en cualquier área de su vida, incluidas las relaciones personales, lógicamente. Puestas a realizar dos personas la misma tarea y con todos los factores iguales, lo hará mejor y más rápido aquella que tiene más confianza en sí misma. Creo que son argumentos bastante sólidos. No dudes más. ¡Cuídate, quiérete y siéntete una Diosa!

Aprende a estar sola. Parece absurdo a primera vista. Pero nada más lejos de la verdad. Si te aburres tú sola, tu compañía será aburrida. ¡Haz cosas! Ten aficiones, lee, escucha música, viaja. Lo que a ti te llene. Lo que sea, pero no estés simplemente aburrida esperando a que alguien llene tu vida de color. Porque no es responsabilidad de nadie hacer tu vida más divertida o feliz. Tú eres la única que es capaz de hacerlo. Las personas que pasarán por tu vida simplemente podrán compartirlo contigo. Si no tienes nada que ofrecer, lo más seguro es que nadie quiera quedarse a tu lado por mucho tiempo.

Sé activa socialmente. No esperes a que tu media naranja llame a tu puerta por el arte de magia. Ni siquiera los secretos descritos aquí tienen magia. Dejemos la magia aparte y seamos razonables. Si estás encerrada en casa las 24 horas del día hay pocas probabilidades de que conozcas a nadie y menos todavía a alguien especial. Sal, diviértete con tus amigas, conoce a más gente. Aunque hoy en día se facilitan bastante las cosas con las páginas de contactos. Aunque en mi opinión personal, no es una buena opción si lo que se pretende es una relación estable. Quizá sea una opinión un tanto anticuada, pero sigo creyendo que el conocerse en unas circunstancias más vivas, no delante de un ordenador, aporta algo especial a la relación. Además de que las palabras tecleadas con los dedos fríamente delante de una pantalla, pueden engañar bastante. Sin embargo, ni los ojos, ni los gestos de la persona pueden ocultar la verdad de un ojo, incluso no muy observador.

Y algo no menos importante, sé paciente y no tengas prisa. No te desesperes. No te vas a morir por pasar una noche más sola. ¡Qué pasen días! ¡Qué pasen semanas! ¡Qué pasen meses! O incluso años. ¡No importa! Tranquila. Los viejos refranes tienen mucha razón. Y el que dice que es mejor sola que mal acompañada, es pura verdad como el agua cristalina. Créeme. Si te lanzas a lo primero que tienes en tus manos, perderás aún más tiempo, y también harás perder tiempo a la otra persona. No lo hagas. No intentes construir una relación si no estás convencida. Cuando el momento y la persona llegan, lo sabes y no dudas. No malgastes tu tiempo. No comiences relaciones destinadas al fracaso, aunque tengas que esperar un poco más. No le des oportunidades a la relación si ves que no es algo que de verdad te gusta. Elige lo mejor. ¡Está en juego tu felicidad! Tu felicidad depende en gran medida de ti, pero las personas que están en tu vida influyen enormemente en ella. Y eres tú la que elige a estas personas. Así que no te equivoques en esto. ¡Espera al mejor! ¡LA ESPERA MERECE LA PENA!  

Sé tú misma. De nada te servirá convertirte una noche en princesa. La vida no es un cuento. No intentes engañar a nadie, ni te engañes tú misma. No intentes ser más graciosa, ni más inteligente, ni más atrevida o más lo que sea. ¡Sé tú misma! Sé la persona que te gusta ser, aquella persona con sus virtudes y defectos. Sé la persona que más cómoda te sientes ser – TÚ. Sin tapujos, sencillamente TÚ. Tu futura pareja sabrá apreciarlo.  


Mucha suerte en este nada fácil, pero gratificante camino de búsqueda de tu media naranja. Pero sobre todo que no se quede en una simple búsqueda sino que sea un proceso lleno de aventura, ilusión y crecimiento personal. 

Cree en ti misma.

Eres única. Ya no existe otra igual. TÚ… Tan inmensa y tan multiforme. Tus creencias, tu carácter, tu personalidad, tus ambiciones, hasta tu cuerpo es irrepetible. No hay otra persona igual que tú en ninguno de los aspectos. Todas somos bellas, todas somos únicas y no habrá ni una sola persona en este mundo que sea una copia de absolutamente ninguna de las facetas de tu grandioso ser. Es la regla natural del universo. Nos crea como seres singulares. No puedes dudar de tu valor irrefutable como persona. Porque el Universo hizo un gran trabajo trayéndote al mundo, creándote y desarrollándote tal y como eres ahora. Tú estás aquí para hacer algo, para dejar tu huella. Nadie viene a este mundo sin propósito. Todos tenemos uno. Aunque en muchas ocasiones puede parecer que todo lo que hagas es en vano, es inútil e innecesario. Sin embargo, tengo fe en que hagas lo que hagas, si lo haces de tu corazón, no puede que no sirva de nada. Puede que cada vez que hayas intentado algo y has fracasado, has pensado que no ha merecido la pena. No es así. Confía en que cada acción que hayas emprendido dejará resultados. En los momentos de grandes desánimos la sensación de que tus esfuerzos fueron desperdiciados es enorme. Pero has de saber que una acción no es un vacío, no es un agujero negro. Una acción siempre cambia algo en el transcurso de las cosas y cualquier acción ocupa un lugar en este universo. Indiscutiblemente algo se va a manifestar por ello. El resultado tangible se hará presente tarde o temprano. Cree en tu fuerza y en tu poder. Tus actos no son nunca en vano. Puede que no obtengas el resultado que habías deseado en un principio. Puede que este resultado sea distinto al que esperabas. Las cosas no siempre salen como lo habíamos previsto. Pero esto no sucede porque tus acciones no valieron de nada. Puede que estos resultados inesperados te impulsarán a otras maniobras que sí traerán los resultados óptimos. Cree en ti. No te detengas aquí. Cada acción que hagas es un paso hacia delante. No actuar es quedarse en el mismo lugar. Cree en ti y actúa. Persigue tus sueños. Aunque en realidad los verdaderos sueños nos persiguen a nosotros. Puede haber instantes de la vida en los que intentamos olvidarnos de estos sueños como de ilusiones lejanas que nunca se harán realidad. Pero estos sueños siempre vuelven. Estos sueños magnetizan y nos atraen de una forma mágica e inexplicable. No son ilusiones pasajeras que van y vienen, son auténticos Sueños que no nos abandonan. Y pueden desaparecer, pero tan solo por breves momentos de la vida en los que estos sueños duermen para volver a despertar con mayor fuerza. No te resistas a ellos, no intentes huir de tus sueños. ¡Persíguelos! A pesar de que te parezca que ya ha pasado demasiado tiempo y tu sueño sigue sin manifestarse o tú no consigues los resultados deseados, sigue, sé persistente. De todos modos, tu sueño te seguirá vayas a donde vayas y hagas lo que hagas. No tienes escapatoria. No te dejará indiferente y fría. Siempre estará encendida esta luz en ti, la luz de esperanza y de deseo ardiente de cumplir tu propósito. Por muchos intentos que hagas de abandonar, la ilusión siempre volverá a ti. Este es el misterio de los Grandes Sueños. Cree en ti cuando tienes contigo un Gran Sueño.