martes, 2 de agosto de 2016

¿Eres una mujer asertiva?


A lo largo de muchos años las mujeres hemos ocupado un lugar en la sociedad. Este lugar era esencialmente ser una buena esposa y madre. Las mujeres nos ceñíamos a unas normas. El objetivo de nuestras vidas era COMPLACER. Complacer al marido principalmente y a la familia. Afortunadamente, hoy las cosas han cambiado. Sin embargo, e incluso hoy en día, recibimos un tipo de educación en el que se nos enseña que no es bueno contradecir a los mayores. Nos educamos en la idea de que debemos satisfacer y priorizar a los demás. Nos educan con la concepción de que no es bueno anteponer nuestros deseos o necesidades por encima de las de otros. Hoy por hoy no recibimos esta educación por el mero hecho de ser mujer, es una educación adoptada por la sociedad y los hombres también son educados frecuentemente de este mismo modo. Pero las mujeres somos más susceptibles a caer en la costumbre de respetar los intereses de los demás por encima de los nuestros propios. Tenemos esta tendencia porque nuestra naturaleza es tan delicada y maleable. Por ello mismo, hemos sido sometidas durante siglos. Por suerte, en estos tiempos tenemos derecho y podemos ser libres de expresar nuestros propios deseos, opinión personal y necesidades. Podemos trabajar en nuestro crecimiento personal y adquirir habilidades como la ASERTIVIDAD. ¿Qué es la asertividad? Es una cualidad personal de respetarse a sí misma sin perder el respeto a los demás. Es una habilidad de comunicación que permite expresar libremente tus necesidades sin comprometer las necesidades de otras personas. Se podría decir también que es la diplomacia y destreza de negociación. ¿Por qué es importante desarrollar esta cualidad? Dado que hoy poseemos el derecho de ser libres y no tener que sacrificarnos continuamente por alguien ¿por qué no disfrutarlo plenamente? Una de las ventajas de la asertividad, desde mi punto de vista, es la mejora considerable de las relaciones interpersonales con tus amigos, tu pareja, tus padres y tus hijos. ¿No te gustaría de una vez por todas ser franca y decir lo que realmente sientes sin miedo a herir a nadie? Es justo lo que hace la asertividad. Es un modo de comunicación que ocupa una posición intermedia. En un extremo estaría la pasividad, y el extremo opuesto es la agresividad. Entonces, la asertividad es como encontrar el epicentro de la eficacia de la comunicación. Creo que suena brillante. Es una forma de trato con las personas que tiene todo ventajas, de hecho, tanto para nosotras mismas como para otra parte, para nuestro interlocutor. Logrando desarrollar esta maravillosa habilidad podemos sin desacreditar a nadie:

1. Expresar libremente la opinión personal

2. Declarar que algo no nos gusta 

3. Manifestar las emociones negativas

4. Pedir algo a alguien

5. Preguntar por qué

6. Resolver conflictos

7. Establecer conversaciones de forma cómoda

8. Hacer que las relaciones sean sanas y fructíferas

Ahora que ha quedado claro el beneficio de esta habilidad social, surge la pregunta ¿Cómo ser más asertiva? Lo primero y lo más importante, en mi humilde opinión, es reconocer y aceptar que eres MERECEDORA del respeto. Que tú respetas a los demás y MERECES SER RESPETADA. Es muy importante comprender que al reclamar tus derechos no estás haciendo nada malo. TE LO MERECES, al igual que los demás. Segundo, aceptar que las personas no tienen porque saber cómo te sientes en cada momento. Has de aprender expresar tus sentimientos. Nadie tiene la responsabilidad de comprenderte al instante y sin ni una palabra. No todos poseen la empatía y no todos son admirablemente sensibles. De hecho, la gran mayoría no lo son. Ni tampoco tienen la capacidad innata de adivinar tus sentimientos. Por ello, has de aprender a EXTERIORIZAR LO QUE SIENTES. Tercer punto es ser concreta y no divagar. Di claramente lo que quieres decir. No intentes evadir y huir de tu propia responsabilidad de defender tus derechos. Recuerda que NADIE VA A DEFENDER TUS DERECHOS. Es de tu incumbencia. Son TUS intereses, defiéndelos sin indecisión. Cuanto más clara y concisa seas en definir tu postura, mejor te comprenderá tu oyente. Y por último, y también de gran importancia es PERDER EL MIEDO. Tú no tienes ninguna culpa de lo que piensas o sientes. ¿Por qué tienes que tener miedo de decirlo? Incluso si la otra parte no comparte tu opinión, aún así, eres libre de manifestarla. Siempre se puede llegar a un entendimiento, negociando, pero nunca, renunciando a tus derechos. 

Concluyendo, creo que la asertividad es una de las cualidades que debemos cultivar en nosotras mismas. No solo porque simplificará nuestra existencia sino que también porque nos hará sentirnos mejor con nosotras mismas. ¿Y a caso esto nos es suficiente? Lo importante es no estancarse como persona y día tras día subir un peldaño más en esta escalera tan alta de superación personal. A continuación, pongo un enlace de un TEST DE ASERTIVIDAD, por si quieres saber en qué punto de ser asertiva te encuentras ahora y de dónde vas a partir. 

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