Pienso que
las afirmaciones positivas son la herramienta muy valiosa para el crecimiento personal.
Como este blog está destinado a la motivación y autoayuda, he decidido dedicar
un post a las afirmaciones positivas. Dado que hay mucha literatura e
información en la red, veo más conveniente hablar del tema desde una
perspectiva de experiencia personal. Desde hace muchos años que llevo utilizando
este método y debo decir que SÍ, funciona. Desde luego hay un gran PERO y es
que es una práctica que frecuentemente se abandona. A mí me ha pasado. Pero a
pesar de prescindir y desatender esta maravillosa costumbre, ésta revela sus
frutos. Personalmente, he decidido no apartar más de mi vida las afirmaciones
positivas y hacerlas parte importante de mis hábitos, porque es el hábito más
positivo que se pueda cultivar. A pesar de ser tan útil para nuestro
crecimiento personal, como he dicho antes, se abandona. ¿Por qué sucede? Los
resultados de las afirmaciones positivas nunca son inmediatos. Además, estos
resultados no son palpables o tangibles. Y ese es el motivo por el que nos
olvidamos de seguir adiestrándonos en esa tarea. Pero si lo practicas durante,
al menos una temporada larga, llegará momento en el que sentirás los cambios
tan positivos que han transmitido las afirmaciones sobre tu persona. Es difícil
darse cuenta de estos cambios porque son sutiles y tenues al principio. Nada
cambia de la noche a la mañana y cualquier cambio debe ser gradual y paulatino.
Sobre todo cuando se trata de nuestras creencias. De hecho, hay que tener muy
presente que las afirmaciones no van a cambiar el mundo, ni a las personas, ni
las circunstancias. Donde actúan las afirmaciones es en tu interior, en tus
convicciones y en tu modo de percibir el mundo. Esto es crucial, EL MODO DE
PERCIBIR EL MUNDO o determinadas circunstancias, y por lo tanto, el modo de actuar
ante estas circunstancias. Es cierto que dos personas diferentes no actúan
igual ante una misma situación, porque cada una de ellas tiene su propia
percepción de los hechos. Entonces el mundo y lo que nos ocurre es subjetivo. Y
se puede decir, que nosotras mismas somos las que creamos nuestra realidad. No
quiere decir que somos como diosas que rigen la creación del acto de la vida. Sino
que significa que gobernamos sobre nuestra percepción de lo que está
sucediendo. Somos dueñas de nuestro mundo interior, de donde nace todo lo
demás, incluida nuestra visión de las circunstancias externas. Por eso es tan
importante la buena práctica de las afirmaciones positivas, porque ayuda ver
las cosas como queremos verlas y como queremos vernos a nosotras mismas.
¿Cómo crear y utilizar
correctamente las afirmaciones positivas?
Una de las
formalidades que tienen las afirmaciones positivas es que tienen que ser
CREÍBLES. Aunque la misión de ellas sea cambiar algún pensamiento, el cambio ha
de ser escalonado y no se puede saltar de un escalón bajo a la cúspide
inmediatamente. Para entenderlo, pongo un ejemplo. Estás pasando por un bache
económico. No utilices la afirmación “Soy rica” porque no te lo crees. Esta
afirmación no surtirá efecto. Sin embargo, si te dices “Estoy en el camino
hacia la prosperidad” o “Mi situación económica está mejorando día tras día”, esto
ya es otra cosa. Sientes como anima, pero no engaña. No intentes mentirte a ti
misma aunque sea para alentar. Ya sabes que la mentira no es una buena base
para construir algo positivo. Algo también muy importante, desde mi punto de
vista, es que a parte de creíbles, las afirmaciones deben ser muy, muy
REPETITIVAS. Hay que repetirlas muchas veces y durante mucho tiempo. No suena
muy estimulante. Pero es la única manera de sacar a las afirmaciones positivas
un mayor provecho. Las afirmaciones positivas son autosugestión, ni más ni
menos. Por ello, para creértelas has de repetirlas una millonada de veces.
Cuando eras pequeña cuantas veces te han repetido que dos por dos son cuatro,
una millonada de veces. Hasta que te lo creíste y empezaste a repetirlo una y
otra vez tú misma. Hoy si alguien te dice que dos por dos son cinco será muy,
pero que muy complicado, que tú te lo creas. Porque para ti el hecho de que dos
por dos son cuatro es inconmovible. Lo mismo con tus otras creencias. Algunas
de ellas están tan fuertemente arraigadas en ti que para cambiarlas tienes que
repetir la creencia deseada una inmensa cantidad de veces para sustituir la
creencia instaurada.
El siguiente
requisito para que las afirmaciones sean efectivas es que han de ser siempre en
el tiempo presente. Esto es fácil. No utilices el tiempo futuro porque allí es
donde quedará todo, en el futuro. Y tú actúas y vives AQUÍ y AHORA. Así que
siempre hay que utilizar las afirmaciones en tiempo presente como “Esto está
sucediendo ahora”, “Yo soy”, etc. También las afirmaciones deben ser en primera
persona. Nada de tú, él o ella. Solo YO. Porque no estás cambiando nada de lo
que está fuera de ti misma, ni ejerces ninguna acción sobre ello.
Debo decir,
que las afirmaciones en sí no obran magia. La magia la creas tú. No pienses que
el uso de las afirmaciones positivas te protegerá frente a las desgracias. La
vida pasa, y la vida tiene aspectos desagradables. Ni las afirmaciones
positivas, ni el mismísimo Jesucristo podrán evitar que en tu vida nunca pase nada
malo. Pero sí que puedes conseguir un
escudo protector gracias a las afirmaciones positivas. Este escudo protector es
tu FUERZA INTERIOR que crece sin cesar si tú la cultivas. El resultado de las
afirmaciones positivas puede llegar a ser algo realmente mágico y es hacer de
ti la persona que quieres ser y evocar en ti las cualidades personales que a ti
te gustaría poseer. Si de utilizar las afirmaciones positivas, tú creas un
hábito, serás una superviviente en las catástrofes de la vida y una gran
triunfadora en las épocas de tempestad.
Aquí
propongo unas cuantas afirmaciones para cada aspecto de la vida que creo que
nos importa a todas. Las puedes guardar en tu ordenador o móvil y así tenerlas
siempre a mano:
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