La educación de nuestros pequeños es la tarea que nos viene grande a primera vista cuando nos enfrentamos cara a cara con la nueva situación - MATERNIDAD. Y de hecho, nunca es tal y como la imaginábamos cuando todavía no estábamos en esta situación de ser mamá. Pero no hay vuelta atrás y el camino a pesar de ser largo y difícil hemos de seguir por él. Detrás de nuestras espaldas y por delante hay miles de incidentes en los que nuestro amado pequeño nos saca de quicio. Es algo tan no deseado, pero tan inevitable a la vez. Son acontecimientos en los que pierdes los papeles y de pronto te saltas todas las normas morales y valores que rigen tu vida, especialmente aquellos que son los referentes en la educación de tus hijos. Supongo que esto nos suena a todas. ¿Qué se puede hacer? ¿Cómo evitar los berrinches y de las mamás y de sus criaturas? Los de las criaturas, va a ser que no se puede evitar. Pero sí hay algo que se puede hacer y es trabajar con nuestra propia actitud hacia estas situaciones y en general. Lo primero es llenarse de mucha paciencia. Es el primer paso y el más importante. La paciencia será nuestro escudo protector frente a las explosiones de nuestros peques y frente a las nuestras propias. Sobre todo es importante protegerse de nuestras propias explosiones y proteger a nuestros hijos. Porque la psíquica de un niño es todavía muy tierna y vulnerable. Aunque cuando mires a este pequeño monstruito que está montándote una escena, no te lo parezca, recuerda su vulnerabilidad. Tú eres fuerte. Tú sí que puedes y sabes afrontar los problemas y resolverlos. Demuéstrale a tu hijo cómo se hace. Muestra con tu ejemplo. Muestra esa confianza y respeto que tienes hacia los demás, hacia sí mismo, hacia tu pequeño y hacia el mundo. Entonces él aprenderá el respeto y la confianza de ti y hacia ti. El respeto y la confianza son los pilares fundamentales en las relaciones con otras personas. Nuestros hijos también son personas aunque todavía pequeñas y con esa particularidad de estar en pleno desarrollo. Ellos crecen, evolucionan y maduran a gran velocidad. ¡No perdamos el tiempo! ¡Esa época nunca más volverá! El tiempo es algo que no juega a nuestro favor. Cuando te quieras dar cuenta tu hijo ya es una persona adulta con su personalidad, carácter, naturaleza y temperamento. No permitas que se convierta en un extraño con el que no te entiendes. Crea un vínculo emocional con esa diminuta criatura que lleva tu sangre y hazlo a tiempo porque luego puede ser demasiado tarde. Y creo firmemente que este vínculo tan especial es imposible de instaurar recurriendo a golpes, nalgadas o gritos. Es complicado. Hay que hacerlo a tiempo y hacerlo bien. Pero de ello depende el futuro de nuestros hijos. Porque las mamás somos uno de los principales factores en la formación de una nueva PERSONA. Es obvio que cada niño es un mundo. Y repito, son PERSONAS y por ello tienen su carácter y su personalidad. Teniendo este hecho en cuenta creo que toda madre debe partir de allí en la educación. Educar a PERSONAS y hacerlo como lo hacemos con todas las PERSONAS - HABLANDO. Con los adultos no tenemos problemas y hablamos, y siempre o casi siempre, llegamos a un entendimiento. Mi consejo es HABLA CON TU HIJO. Habla mucho con él/ella explicándole las cosas del porqué y para qué. Son PERSONAS, pero con una peculiaridad y es que son personas pequeñas. Por ello no solo hemos de hablar con ellos, sino que guiarles en su aprendizaje. No basta con decir NO. No toques esto, no hagas esto o aquello, no hagas ruido, no, no, no y mucho no. ¿Pero por qué? El niño no sabe porqué no puede hacerlo. Dale una explicación razonable. No te limites con ese NO. Saca provecho de cualquier situación, por muy desagradable que sea, para hablar con tu pequeño. Crea una conversación interesante. Sustituye el acto molesto por una conversación y al mismo tiempo desvía la atención del pequeño de lo que está haciendo. Haz que converse contigo y que enfoque toda su atención en ti. Despierta su curiosidad. Sé creativa. Empieza a inventar una historia: “Y sabías que los niños que hacen esto o lo otro, les pasará esto o aquello.” Seguro que el diálogo con su mamá será mucho más entretenido que lo que está haciendo.
HABLAR es una de las habilidades sociales y de comunicación. Pero hay otras. Y una de ellas es la EMPATÍA. También, en mi opinión, es la táctica de educación por excelencia. Compórtate con tu hijo como te gustaría que se comportaran contigo y no hagas a tu hijo lo que no te gustaría que te hicieran a ti. Recuérdate de pequeña. ¿Te gustaba que te castigaran, que te pegaran o que te gritaran? Seguro que no. ¿A caso, aprendiste algo con al menos una nalgada? ¿Y con los gritos? ¿Aprendiste mucho? La respuesta es obvia.
Para los niños la mamá es el hada que lo puede todo y es la figura de cariño, ternura y respeto. La mamá es el hada que crea un mundo de ARMONÍA. No cambies nunca esa imagen de hada con los gritos o nalgadas. Que tu pequeño crea en su hada hasta el final de su recorrido por la vida. Su hada que le comprende, que le protege, que le cuida y que le AMA. Haz a tu hijo el regalo más bello de todos los mundos existentes y no se lo arrebates con los gritos o castigo. Regálale el AMOR DE MAMÁ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario