Vivimos en
una sociedad exigente y dinámica. La sociedad ha evolucionado a gran velocidad.
Con ella hemos evolucionado las mujeres también. Hoy en día ya no basta con criar
hijos y cuidar del hogar. La vida de la mujer actual está llena de muchas más
facetas y de más colores. Es más divertido, pero también más complejo. Las mujeres
ya no nos conformamos siendo solo mujer, esposa, madre. Expresamos libremente
nuestra personalidad en todas sus tonalidades. La mujer del siglo XXI es un ser
que se desarrolla como persona, como profesional y como mujer cuidadora del
hogar. Es un ser socialmente activo a gran escala que cumple con una misión
compleja y polifacética. Tenemos que estudiar y construir una carrera
profesional brillante, tenemos que encontrar el amor y formar un matrimonio
triunfal, tenemos que tener hijos y educarlos bien, tenemos que tener muchos
amigos y ser alguien en este mundo tan vertiginoso. ¡Y todo esto para los 30! Una
chica treintañera con un trabajo estable, con un novio con el que se compraron
piso y planean tener hijos – esa es la viva imagen de una triunfadora. Pero
desde luego que no todas llegamos a este punto a los 30, a veces ni a los 40, y
ni siquiera los 50. Pero porqué entonces la cabeza no para de dar vueltas
alrededor del mismo tema: “Todavía no tengo novio, me quedaré sola para toda la
vida. O todavía no tengo trabajo y vivo en casa de mis padres.” Y surge la gran
pregunta: ¿Y QUÉ HE HECHO CON MI VIDA HASTA AHORA? Si este es tu caso puede que
lo que te está pasando es que los 30 están llamando a tu puerta. Y si no es
este cumpleaños será el próximo. Pues junto con este cumpleaños llega la
conocida crisis de los 30 años. O puede que no son los 30 sino que los 40. Yo
lo llamaría la crisis de las décadas de media vida. Si no cumplimos determinadas
expectativas lo que se siente es FRACASO. ¿Qué representa el fracaso? Es un
intento fallido. Algo que tuvo su comienzo, su proceso de evolución y su final.
Y este final no fue el esperado. En todo caso es algo que terminó. ¿Pero a caso
tu vida ya ha concluido? En absoluto. Tu edad es tan solo una cifra. Las
memorias de tu vida tienen muchas páginas en blanco. Y por ello has de
comenzar. Comienza otra vez. Vuelve a intentar lo que no te salió. O comienza
de cero un nuevo intento. Comienza a buscar tu pareja ideal, comienza a buscar
el trabajo de tus sueños, comienza a buscar motivaciones, comienza a buscar
ilusiones frescas que te devuelvan las ganas de vivir. Pero ahora quizá en tu
cabeza surja un pensamiento fugaz como un destello: “Pero es que no quiero
hacer nada.” Aun así hazlo. Haz lo que sea, aunque por ahora no te apetezca. ¿Te
apetece comerte Balut? ¿Verdad que no? Porque no sabes lo que es. Es un plato
exótico, huevos de pato fertilizados en fase de embrión, hervidos y servidos
con cáscara. En lugares como Vietnam, Camboya y Filipinas es una de las
delicias de los recetarios locales. Ellos están acostumbrados a comer esto, han
creado este hábito desde la infancia. Sin embargo, tú que no lo has visto, ni
lo has probado en tu vida, te parecerá ser hasta algo salvaje. Al igual que cuando no haces nada, no te
apetece hacer nada porque has creado el hábito de no hacer nada desde hace
mucho tiempo. ¡Haz algo! Comienza por algo sencillo. Haz un curso de cocina
online, por poner un ejemplo. De lo contrario, seguirás con este vacío
existencial y un gran sentimiento de inutilidad. Las mujeres somos máquinas de
ideas inspiradoras. Solo hay que ponerla en marcha. Si no haces nada, te
conviertes en una máquina de ideas triste, cubierta de telarañas y la que nadie
ve. Pero si empiezas algo hoy, mañana te convertirás en una máquina de ideas
brillante sin la que nadie se imagina su existencia. ¡Actúa ya! Con la acción
se despertará tu deseo de la acción. Con más deseo de la acción habrá más
acción y con más acción aún más ganas de la acción. Es un ciclo. Ciclo que tan
solo se interrumpe con la pereza y la no acción. Y tú eres la única que lo
decide.
No tengas
prisa en poner un punto final en las memorias de tu vida. Porque siempre puedes
pasar página y escribir una nueva. Que estos 30, 40, 50 o los años que cumplas,
sean tan solo un punto de inflexión para un gran y bello comienzo. Y démosle las
gracias a esta maldita pregunta de ¿QUÉ HE HECHO CON MI VIDA HASTA AHORA? Porque
precisamente esta pregunta es la que pone en marcha tu máquina de ideas y tu
acción.
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