Eres
única. Ya no existe otra igual. TÚ… Tan inmensa y tan multiforme. Tus
creencias, tu carácter, tu personalidad, tus ambiciones, hasta tu cuerpo es
irrepetible. No hay otra persona igual que tú en ninguno de los aspectos. Todas
somos bellas, todas somos únicas y no habrá ni una sola persona en este mundo
que sea una copia de absolutamente ninguna de las facetas de tu grandioso ser.
Es la regla natural del universo. Nos crea como seres singulares. No puedes
dudar de tu valor irrefutable como persona. Porque el Universo hizo un gran
trabajo trayéndote al mundo, creándote y desarrollándote tal y como eres ahora.
Tú estás aquí para hacer algo, para dejar tu huella. Nadie viene a este mundo
sin propósito. Todos tenemos uno. Aunque en muchas ocasiones puede parecer que
todo lo que hagas es en vano, es inútil e innecesario. Sin embargo, tengo fe en
que hagas lo que hagas, si lo haces de tu corazón, no puede que no sirva de
nada. Puede que cada vez que hayas intentado algo y has fracasado, has pensado
que no ha merecido la pena. No es así. Confía en que cada acción que hayas
emprendido dejará resultados. En los momentos de grandes desánimos la sensación
de que tus esfuerzos fueron desperdiciados es enorme. Pero has de saber que una
acción no es un vacío, no es un agujero negro. Una acción siempre cambia algo
en el transcurso de las cosas y cualquier acción ocupa un lugar en este
universo. Indiscutiblemente algo se va a manifestar por ello. El resultado
tangible se hará presente tarde o temprano. Cree en tu fuerza y en tu poder.
Tus actos no son nunca en vano. Puede que no obtengas el resultado que habías
deseado en un principio. Puede que este resultado sea distinto al que
esperabas. Las cosas no siempre salen como lo habíamos previsto. Pero esto no
sucede porque tus acciones no valieron de nada. Puede que estos resultados
inesperados te impulsarán a otras maniobras que sí traerán los resultados
óptimos. Cree en ti. No te detengas aquí. Cada acción que hagas es un paso
hacia delante. No actuar es quedarse en el mismo lugar. Cree en ti y actúa.
Persigue tus sueños. Aunque en realidad los verdaderos sueños nos persiguen a
nosotros. Puede haber instantes de la vida en los que intentamos olvidarnos de
estos sueños como de ilusiones lejanas que nunca se harán realidad. Pero estos
sueños siempre vuelven. Estos sueños magnetizan y nos atraen de una forma
mágica e inexplicable. No son ilusiones pasajeras que van y vienen, son
auténticos Sueños que no nos abandonan. Y pueden desaparecer, pero tan solo por
breves momentos de la vida en los que estos sueños duermen para volver a
despertar con mayor fuerza. No te resistas a ellos, no intentes huir de tus
sueños. ¡Persíguelos! A pesar de que te parezca que ya ha pasado demasiado
tiempo y tu sueño sigue sin manifestarse o tú no consigues los resultados
deseados, sigue, sé persistente. De todos modos, tu sueño te seguirá vayas a
donde vayas y hagas lo que hagas. No tienes escapatoria. No te dejará
indiferente y fría. Siempre estará encendida esta luz en ti, la luz de esperanza
y de deseo ardiente de cumplir tu propósito. Por muchos intentos que hagas de
abandonar, la ilusión siempre volverá a ti. Este es el misterio de los Grandes
Sueños. Cree en ti cuando tienes contigo un Gran Sueño.
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